Cada día que pasa se vienen observando, en los distintos medios de comunicación, más casos de ninguneo, menosprecio, agresiones e incluso atentados con armas a agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Unos hechos que debieran ser anecdóticos o puntuales se están convirtiendo en una regularidad.
Desde la asociación profesional IGC consideran que el aumento continuado en el número de este tipo de hechos contra guardias civiles es debido, básicamente por la merma en el principio de autoridad y ante la pérdida de respeto de ciertos elementos subversivos que ven en la delincuencia un modo de vida y en nuestros policías unos simples “ciudadanos vistiendo uniforme”.
“Resulta llamativa la impunidad con la que actúan los malhechores, al verse en una gran mayoría de casos amparados por la superioridad numérica, la sensación de impunidad, la soledad de las patrullas de Guardia Civil y la tardanza de los refuerzos”, denuncian.
Los representantes de los agentes señalan que a causa del tremendo déficit de recursos, las Unidades no cuentan con los suficientes efectivos y en el caso de la Guardia Civil la demarcación a cubrir por una única patrulla se extiende en muchos puntos de todo el territorio nacional a centenares de km2, aumentando en los agentes la sensación de soledad y sintiéndose desamparados ante una actuación repentina y de cierta gravedad.
Las informaciones que IGC ha recabado durante el último año a través de los miles de guardias civiles a los que representa es que los agentes, en muchos casos, se ven totalmente desbordados.
Estos mismos agentes deben realizar gran cantidad de funciones de forma simultánea, tales como la seguridad perimetral de las instalaciones policiales, el control de las cámaras de video vigilancia, control de las transmisiones, atención al ciudadano que llame o se persone en dependencias policiales, requerimientos de las patrullas de servicio y centros operativos, custodia de los detenidos que se encuentren en los calabozos y un largo etcétera de funciones que tienen por ley atribuidas los agentes.
Esta realidad está haciendo aumentar la desmotivación y un aumento en las patologías de estrés, ansiedad e incluso en los peores escenarios, caer en una depresión, motivadas en gran medida por una saturación laboral que padece parte del personal, principalmente en la especialidad de Seguridad Ciudadana ante la acuciante falta de efectivos y respaldo legislativo que los ampare de forma contundente ante el creciente número de agresiones durante el desempeño de sus cometidos profesionales.
Desde INDEPENDIENTES DE LA GUARDIA CIVIL, instan al Gobierno a que se conciencie y se haga eco de estos tristes episodios, que no hacen sino mermar la capacidad y el prestigio de la Guardia Civil y su labor policial, maniobrando para catalogar el trabajo de las policías estatales como “profesión de riesgo” e impulsar los mecanismos para su tratamiento como AUTORIDAD, además de potenciar la presencia policial en las calles, sobre todo en zonas en las que la demarcación es mayor, evitando así la sensación de impunidad que percibe el delincuente, que le incita a cometer hechos delictivos y de agresión y que vienen produciéndose con excesiva brutalidad.
“Resulta necesario reestructurar Unidades y dotarlas de mejores instalaciones y medios”
“Es incomprensible que, ante la evolución de la sociedad, la globalización y su mejor comunicación y movilidad, la Guardia Civil siga con similar estructura y despliegue territorial que hace 80 años. Consideramos urgente renovar el material y armamento actual (armas largas con más de 30 años) y dotar de nuevos medios de autoprotección a nuestros policías. Solicitamos la compra y distribución para el personal que tenga alguna función de atención a la ciudadanía de pistolas eléctricas Táser, las cuales son mucho menos lesivas que las armas de fuego, el reparto completo de chalecos antibalas, la reposición de las defensas cuando estén deterioradas y la preparación de los vehículos oficiales para protegerse ante embestidas. En definitiva, entendemos que se debe apostar por adquirir más y mejores recursos materiales para proteger a quienes protegen a los ciudadanos, porque de ellos dependerá que la sociedad se sienta mucho más segura y mejor atendida”, reclaman.