El guardia civil José Manuel García Fernández, es uno de nuestros héroes caídos durante los años de asesinatos, secuestros, extorsiones y atentados de la banda terrorista ETA.
El 3 de mayo de 1997 José Manuel los etarras lo ejecutaron de un tiro en la nuca acabando así con su vida. El asesinato se perpetraba a las 21:40 horas en presencia de su mujer mientras ambos cenaban en el restaurante El Puerto, en la localidad vizcaína de Ciérvana, próxima a Bilbao.
El asesino irrumpió en el local al grito de: “¡Al suelo!”. Empuñaba el arma del crimen a cara descubierta y se dirigió hacia la barra del establecimiento donde se encontraba su objetivo. Un coche con el motor en marcha le esperaba en fuera para asegurar su huida.
“A los diez minutos de estar allí, entró una persona bajita, muy menuda, como calvo con el pelo para atrás, buscando a alguien. Sacó una pistola y le dio un tiro en la nuca a mi marido. Él bajó la cabeza, mirándome… Y ahí se acabó mi vida y la de él también“, relataba María Ángeles González Cueto entre lágrimas mientras declaraba en la Audiencia Nacional en 2012.
El agente de la Benemérita tenía 43 años. Era natural de la localidad asturiana de San Esteban de Cuani y estuvo destinado en el País Vasco desde 1983. En el momento de su muerte estaba asignado al cuartel de Sanfuentes, en Abanto.
Asier Uribarri Benito y Lander Maruri Basagoiti fueron condenados como cómplices del asesinato, a 16 años de prisión y a indemnizar a los herederos de José Manuel. La información que recabaron se la dieron a miembros del grupo Donosti, autores materiales del asesinato. Dos de ellos, Salvador Gaztelumendi Gil, alias Andoni, y José Miguel Bustinza Yurrebaso, alias Iván, resultaron muertos en un enfrentamiento con la Guardia Civil el 23 de septiembre de 1997. El tercer etarra que participó en el atentado estaba fugado en el momento de la celebración del juicio en 2001.