La Ley de Amnistía constituye un nuevo golpe a la democracia, al Estado de Derecho, a la igualdad ante la Ley. Con su próxima aprobación se amnistiará a los saqueadores y prófugos de la justicia, además de enemigos de nuestra gran nación. Supone la demolición de España. La amnistía es la vergüenza europea, a pesar de las tergiversaciones del monaguillo de Sánchez, Bolaños. Decía Alfonso Guerra ¿Dónde se ha visto que las leyes las redacten los delincuentes? Su responsable es Sánchez que cuando habla, miente; cuando calla, encubre; cuando tiene el poder, la corrupción no para de propagarse a su alrededor, Koldo, Armengol, Ábalos y otros muchos incontables escándalos de corrupción fluyen por todas partes. El epicentro está en Pedro Sánchez.
Tras la aprobación el jueves pasado en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, la nueva redacción ha sido calificada por juristas de reconocido prestigio, incluidos jueces y fiscales, de bodrio jurídico. Los cambios pactados con los independentistas golpistas afectan a los delitos de terrorismo y a la malversación de caudales públicos, sin hacer referencia al Código Penal español, citan la Directiva 2017/541 aprobada por el Parlamento Europeo, cuando el artículo 3 de dicha directiva insta a todos los estados miembros a adoptar las medidas necesarias para que se consideren delitos de terrorismo los actos intencionados, tipificados como delitos en los derechos nacionales, que puedan lesionar gravemente a un país cuando su autor los cometa con el fin de intimidar gravemente a una población, obligar indebidamente a los poderes públicos a realizar un acto o a desestabilizar gravemente o destruir las estructuras fundamentales políticas, constitucionales, económicas o sociales de un país. Todo lo antedicho lo han ignorado.
Así las cosas, nos encontramos en un momento tan o más delicado que los prolegómenos del 23-F de 1981 porque nos están conduciendo a nuestra propia destrucción. No sólo se está destruyendo la independencia del poder judicial sino que además se persigue a los jueces que tratan de defender la legalidad constitucional, utilizando una vez más el engaño y la manipulación, intoxicando constantemente al ciudadano a través de sus medios afines, que son todos paniaguados del sanchismo, propagando sus mentiras. Son los magos que lavan el cerebro a idiotas crédulos.
Necesitamos a los bomberos para sofocar esta ignominia, para sofocar a los uniformados del sanchismo. Yola tan sólo es un disfraz de Sánchez, dice una barbaridad tras otra con la aviesa intención de tapar la corrupción política, social y económica en la que nos encontramos, mientras registramos la tasa más alta de paro de la Unión Europea, desapareciendo cada año 9.000 autónomos dedicados al pequeño comercio y con una tasa de pobreza infantil que alcanza los 2,2 millones.
Como he dicho hace algún tiempo, España caerá porque la política actual se ha convertido en un trepadero social, en un fangoso estercolero al servicio de una élite corrupta, pero Sánchez seguirá si seguimos cruzados de brazos. Debemos movilizarnos para evitar el golpe a la democracia, para evitar su caída, sacando a la luz todas las maniobras que utilizan para amenazar nuestra libertad. En caso contrario, el precio lo pagaremos todos. No quiero ser trágico, pero la realidad es que el totalitarismo se está imponiendo en distintas partes de occidente. Como bien decía Étienne de la Boétie en “La servidumbre voluntaria”, los pueblos deben atribuirse a sí mismos la culpa si sufren el dominio de un bárbaro opresor, pues cesando de prestar sus propios auxilios al que los tiraniza recobrarían fácilmente su libertad. Es el pueblo quien se esclaviza y suicida cuando, pudiendo escoger entre la servidumbre y la libertad, prefiere abandonar los derechos que recibió de la naturaleza para cargar con un yugo que causa su daño y le embrutece.
MANUEL NOVÁS CAAMAÑO
Abogado
