Continuamos con nuestra serie para explicar el Reglamento Europeo de Uso de la Fuerza enviada a las instituciones europeas y estatales. Explicaremos qué ocurre en los niveles iniciales del uso de la fuerza, cuando la situación no se ha complicado y nos encontramos frente a la cooperación activa o la cooperación pasiva, como ha ocurrido en Zaragoza con el suicidio de un joven por heridas de arma blanca, que no pudo ser evitada pese al trabajo bien hecho. En artículos anteriores hemos hablado de:
El oportunismo que caracteriza a las Fuerzas del Caos y de sus agentes, cuando decíamos que “las oportunidades para los agentes del caos son las amenazas para las fuerzas del orden” en relación a la agresión a un compañero de La Línea de la Concepción. Y como hay que reducir riesgos.
La diferencia entre la brutalidad y el uso de la fuerza, comentando el escenario de Villaverde en que se produjo la muerte de un paciente psiquiátrico por el uso de la fuerza legítima, mencionando conceptos presentes en el reglamento como primera línea, requerimiento ciudadano, legítima defensa extendida, la diferencia entre cooperación y apoyo, o uso escalonado de la fuerza.
Las justificaciones para escalar el uso de la fuerza frente a la escalada de la amenaza y la asimetría.
Los principios generales de la violencia que afectan a sus diferentes formas, y cuáles deberían ser los principios generales de la fuerza, de continuidad, oportunidad y asimetría, mientras que los principios del uso de la fuerza deberían ser los opuestos: interrupción, legalidad y proporcionalidad, entendidos como un fín más que como un medio.
En el suicidio de Zaragoza parece que no se produce la escala de la amenaza ya que el suicida no intimida verbalmente a los agentes ni a terceras personas, no esgrime el cuchillo con afán intimidatorio y la asimetría (o ventaja competitiva) favorece a los agentes, luego no hay justificación teórica para escalar en el uso de la fuerza por esa vía. Sí hay justificación legal para escalar la fuerza en base a dos principios generales: (1) cumplimiento de un deber y (2) responsabilidad de proteger. No hubo escalada de la fuerza, y de haberla habido, no habría sido garantía de nada.
¿Qué tipo de fuerza sería proporcional frente a suicidas?
En un nivel 1 la comunicación asertiva implica una activación de combate baja en ausencia de amenazas, practicar la escucha activa, emitir un mensaje positivo teniendo en cuenta que tratamos con alguien que ya tiene sus problemas y no pretendemos crearle otros nuevos y/o practicar unos primeros auxilios, en esta fase pretendemos recoger información y/o también podemos intervenir como mediadores en un conflicto entre actores racionales que reconocen nuestra legitimidad.
Si el nivel 1 es recomendable frente a situaciones de cooperación activa en que hay reciprocidad, no es igual frente a situaciones de nivel 2 o cooperación pasiva, tales como alguien que protagoniza un conflicto con un tercero en presencia de la Policía, se encuentra alterado, presenta pensamientos intrusivos y no presta atención, alguien que pretende suicidarse podría estar incluido en el nivel 2, en cuyo caso necesitaremos conseguir su atención para activar la fuerza de la comunicación.
La misma situación ocurriría con el suicida de Zaragoza, que, si bien no representa una amenaza contra el agente, tampoco coopera, su estado de activación está en un pico de la escalada de agitación, y había que desactivarlo para conseguir que su respuesta sea menos intensa, y hacerlo evolucionar a la cooperación activa. Para conseguir este propósito hay que considerar que la intervención policial no es democrática y todos no pueden establecer ese contacto al igual que cuando se negocia con secuestradores, ha de actuar un agente y los demás apoyarlo, todos no deben aproximarse a la misma distancia, uno se acerca y los demás quedan retrasados para no ejercer presión, el propósito es captar su atención de acuerdo con el orden siguiente: (1) contacto visual, (2) contacto verbal, (3) escucha activa, (4) comunicación proactiva.
A continuación, se inicia un proceso de desescalada verbal que pretende lograr su cooperación y la reciprocidad del nivel 1 frente a un cooperador activo, es un momento delicado en que una interferencia externa podría deshacer los avances. En esta fase hemos catalogado los siguientes tipos de mensaje de forma muy resumida:
- Manipulación: Comunicar persistentemente un relato único, omitiendo intencionadamente partes de la realidad que no apoyan al relato.
- Persuasión: Invocar ideas con valor para la otra parte, como su reputación, su honor, su salvación, lo que hace la mayoría, lo que recomienda la autoridad, la aprobación social, el principio de escasez en referencia a la oportunidad que tiene solo en este momento, el coste o el beneficio. Necesitamos lograr una concesión inicial fácil de asumir para él que permita llegar a otra, hasta crear a un estado favorable a cooperar.
- Decepción: Crear en su mente una disonancia cognitiva, esto es una situación que no se ajusta a la realidad, pero que lo inducirá a actuar de acuerdo con nuestras intenciones para reducir la disonancia. Para ello podemos crear un falso compromiso.
- Negociación: Aplicar el principio de intercambio ofreciéndole algo ajustado a sus motivaciones a cambio de que su comportamiento sea favorable a nuestra conveniencia.
- Intimidación: Avisar de las consecuencias negativas de su acto, que tendrá impacto en sus intereses y/o los de sus allegados, explotando el factor miedo.
El caso de Zaragoza parece que va más allá de un cuadro de estrés y podríamos hablar del famoso Síndrome de Delirio Agitado (SDA) que habría escalado a una situación de nivel 3 o resistencia pasiva porque el individuo se ha aislado, en este caso en un estanque de agua, tiene un arma blanca y su motivación es autolítica. Los síntomas del SDA por orden de predominio según el Colegio Americano de Enfermería (2009) son los siguientes (se subrayan los que parecen cumplirse):
a) Tolerancia al dolor. Pueden no sentir dolor ante lesiones serias y agravarlas.
b) Taquipnea. Respiración acelerada y superficial.
c) Sudoración. Que aumenta la dificultad de contención.
d) Agitación motora. Pueden ser difíciles de reducir.
e) Hipertermia. Pueden presentar dolor de cabeza, confusión, mareo o náuseas.
f) Incumplimiento de instrucciones de la Policía. Motivado por falta de atención.
g) Falta de cansancio. Pueden agotar a los agentes antes que sufrir agotamiento.
h) Fuerza inusual. Pueden hacer falta varios agentes coordinados.
i) Vestimenta inapropiada. Pueden deambular desnudos en pleno invierno.
j) Atracción hacia el vidrio. Pueden destruir espejos y cristales a golpes.
Si en los niveles 1 y 2 de resistencia se emplea la comunicación, en el nivel 3 si no desescala mediante la comunicación, se acabaría preferiblemente en la fuerza de contención. Incluso en una cooperación pasiva (nivel 2) estaría justificado escalar el uso de la fuerza a nivel 3, si el propósito es inmovilizar a un suicida.
Posibles tácticas de comunicación por el agente a cargo de desactivar la respuesta del estrés serían: (1) Hacerle recuperar el control de su respiración pidiéndole que respire profundo y con el estómago, mostrándole como se hace para reducir su hiperventilación (respiración superficial y pectoral) y su taquicardia, ayudándole a relajarse y captando su atención. (2) Puede tener ideas delirantes o pensamientos intrusivos (se llama entrar en bucle) como demuestra el caso de Zaragoza, y es necesario detener el bucle captando su atención, incluso adoptando su retórica y pidiéndole “que nos cuente lo que piensa” (su delirio) para conseguir el contacto visual y verbal. Una vez conseguidos estos dos, es necesario aprovechar sus silencios para reforzar el contacto visual y verbal, preguntarle “si me puede ver bien” o “si me está escuchando” y pedirle que “me mire”, después de captar su escucha podríamos pedirle que “deje el cuchillo en el suelo” o “que vuelva a un lugar seguro”, mejor en primera persona para reducir la intimidación, el mensaje sería como: “ahora necesito que …”.
Si cumple, habrá desescalado de resistencia pasiva (nivel 3), a cooperación pasiva (nivel 2), como paso previo a la cooperación activa (nivel 1) y aceptar ayuda. En tal momento estaría justificado seguir desescalando o usar la fuerza de contención si se altera para prevenir un retroceso.
Lo anterior puede no funcionar si la escalada de agitación está muy avanzada como ocurrió en Zaragoza, pero es más probable que lo haga si se regula, se entrena y se replica por muchos agentes. En Una Policía para el Siglo XXI creemos que en situaciones de crisis el arma más letal es la comunicación, y en España ocurren tantas situaciones de crisis como suicidios (más de diez diarios) y agresiones a agentes (cada día más de treinta) pero ha de regularse por el legislador y no ser una opción elegida por unos pocos que se forman en su tiempo libre asumiendo el coste de su formación.