En los últimos días se ha hablado “largo y tendido” de la gestación subrogada y la edad par ser madre a raíz una mujer que perdió a su hijo por cáncer y convertirse en madre de un bebé con 68 años. Una persona muy popular de la que todos hemos oído hablar.
Enseguida surgen los comentaristas de turno como hienas y buitres cuestionando una decisión individual. Me asombra que quiénes no son profesionales de la mente hablen de problemas de salud mental y de no superar un duelo. Atrevida es la ignorancia.
Mi preparación en grupos de intervención psicológica en catástrofes y emergencias o gipces y haber atendido a víctimas del accidente ferroviario Álvia si me permiten hablar del duelo. Jamás, un profesional psicólogo o psiquiatra puede coaccionar ni hacer vivir el duelo a su manera ni cuestionar las conductas individuales que llevan a acortar el duelo.
Cuando alguien sufre cáncer se conseja la libre opción de congelar esperma y óvulos por si la pareja tiene un proyecto vital de conservar un recuerdo de la persona amada.
Los “políticos del SI” creen que con una ley permiten la salida de quien agrede a una mujer y le quita la vida y enarbolan la cultura de la muerte frente a la cultura de crear una vida. Dicen que la maternidad subrogada es una agresión a la mujer y se aprovechan de ella por escasez de medios.
Nada de eso porque es un auténtico acto de amor. Una madre albergó en su vientre a un bebé para su hija a la que habían practicado una histerectomía o vaciado de matriz y ovarios debido a un cáncer.
Muchos opinan de la edad y dicen que por ley de vida había que pensar en los derechos del menor si se quedaría sin madre. Yo les diré que una infancia de amor y feliz marca toda la vida y eso lo tendrá esta niña.
Niños quedan sin madre por culpa de psicópatas y depredadores sexuales, por problemas de enfermedad… No hay garantía de los años de vida. Recuerdo a abuelos de edad avanzada cuidar a nietos pequeños cuyos padres estaban la emigración.
A menudo, cuando las madres pierden a niños de firma temprana un nuevo hijo les devuelve ilusión y motivación. Así ocurrió con la madre de Julen el pequeño perdió la vida en un pozo o Beatriz, la madre de Anna y Olivia, cuyo padre las arrojó al mar.
No sustituyen al otro hijo pero llevan un poco de su alma. La madre cerrará los ojos y se imaginará abrazar al nuevo ser y a la vez al que se fue. No estoy de acuerdo en que a esta nueva vida se le dé una identidad que no le corresponde porque es otro ser y es una nueva motivación para vivir.
En este caso es gestación normal pero se trata de canalizar el duelo. Partido Popular y Ciudadanos lo contemplan y es algo que debe debatirse y legislar. En un era en que se habla de edad subjetiva frente a la biológica ahora vienen con la distribución por edad y con el nulo respeto a quien encuentra nuevas ilusiones y sigue la vida.
Bienvenida pequeña y gracias a quien de forma libre te albergó en su vientre y te dió la vida en un acto de puro amor. No tendrás una madre sino toda una familia que te dará cuidados y amor y eso escribirá tu destino.
Autora: Pilar Enjamio Furelos | Psicóloga