Furtivos de bañador: una amenaza creciente en las playas gallegas

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El furtivismo de bañador se ha convertido en una práctica alarmante en las costas gallegas, especialmente en la ría de Vigo, Pontevedra y las playas del Morrazo. Consiste en la extracción ilegal de mariscos por parte de bañistas que ha generado una situación de crisis medioambiental que afecta a las autoridades y al sector marisquero local.

Se conoce como furtivos de bañador a aquellos bañistas que se dedican a recolectar mariscos sin el permiso correspondiente, aprovechando momentos de ocio en la playa. El perfil del infractor es tanto local como foráneo que ya sea de forma consciente o inconsciente recoge marisco guardándolos en los bolsillos de sus bañadores, cubos, balones cortados, o incluso llegando a utilizar jaulas de pájaros. Esta práctica no solo afecta la economía de las mariscadoras, sino que también pone en riesgo la salud pública, ya que los mariscos recolectados no pasan por los controles sanitarios necesarios.

Mariscadoras de distintos puntos de las rías gallegas ya han denunciado repetidamente esta situación. Algunas de ellas han llegado a ser víctimas de amenazas y agresiones por parte de los furtivos. Desde el sector se reclama una mayor presencia policial en los arenales para disuadir a los infractores. Sin embargo, la falta de efectivos policiales (mayor en época estival) permite que estos vándalos campen a sus anchas se recolecten bivalvos con total impunidad, afectando gravemente los recursos marisqueros y la seguridad de las trabajadoras.

Sanciones y medidas policiales

Las autoridades locales y autonómicas deberían implantar un protocolo de actuación para combatir el furtivismo de bañador no solo con la vigilancia de las playas sino también impartiendo la formación necesaria para los agentes así como los medios adecuados para ejercer patrullas por el litoral. Las sanciones a los que se enfrentan estos furtivos pueden variar desde multas económicas hasta la confiscación del marisco recolectado ilegalmente. En algunos casos, los infractores han sido obligados a devolver los mariscos al mar, aunque esto no siempre es suficiente para reparar el daño causado.

La Policía Local y la Guardia Civil son los cuerpos que más se deben coordinar para salvaguardar los manjares gallegos en su habitad natural. El plan de contención pasa por incrementar en medios humanos las unidades policiales y recepcionar las denuncias de las trabajadoras que en algún caso ya han llegado a ser agredidas.

Otra de las medidas que se reivindican desde el sector para luchar contra el furtivismo de bañador es la imposición de sanciones más severas.

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