La Dirección General de la Policía ha anunciado su intención de comprar 3.500 fundas antihurto al año para la Policía Nacional.
De esta forma, se podrán evitar situaciones como las reflejadas en estas imágenes.
https://www.youtube.com/watch?v=QP19C99aEnQ
O como la trágica muerte del Guardia Civil de Granada el pasado 15 de octubre, donde fue desenfundado y asesinado con su propia arma. Funda de dotación, que al igual que la de la Policía Nacional, no tiene ningún tipo de seguro antihurto para este tipo de situaciones.
Esta medida que podríamos calificar de “populista” suena muy bien. A buen seguro será aplaudida por todos los medios de comunicación, pero si sacamos la calculadora, la realidad es otra.
¿Por qué?
Porque hay que tener en cuenta que en la Policía Nacional hay cerca de 65.000 efectivos.
Si hacemos una división entre los policías y las fundas que se quieren adquirir al año, nos sale que para dotar a todos los miembros de la Policía Nacional, harían falta 18 años y medio.
Y es que una vez más se demuestra las condiciones en las que nos encontramos.
Hay que recordar, que la pistola que actualmente portan los policías (HK) comenzó a repartirse por el año 2005 y todavía a día de hoy hay policías con la pistola anterior, la PK.
Pero no es de extrañar, teniendo en cuenta que también hay escasez de uniformes, encontrándose muchas veces con que no hay recambio cuando se les rompe.
Tampoco hay chalecos antibalas para todos los Policías Nacionales, ni guantes anticorte.
Desde Policiah50 aplaudimos que por fin la administración decida invertir en salvar vidas. Ya basta que la falta de medios cueste la vida a los Policías y Guardias Civiles. Vender de cara a la opinión pública la compra de este tipo de fundas, omitiendo que se va a tardar más de 18 años en conseguir que todos los policías tengan la suya, es simplemente un engaño.
Es una vergüenza que mientras los políticos disfruten de todas las prebendas y viajes y más viajes a cuenta de las arcas públicas nuestras fuerzas del orden público tengan que realizar su labor con dotaciones pasadas de moda y tercermundistas.