Este domingo, funcionarios de prisiones del módulo catorce del Centro Penitenciario de León, siendo éste uno de los departamentos más conflictivos de la prisión por el perfil de internos que lo ocupan, cuando realizaban la inspección de celdas se percataron que uno de los barrotes de una celda estaba serrado casi en su totalidad, por lo que se actuó con gran celeridad para aislar a los protagonistas de tal suceso, así lo recoge y denuncia públicamente la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP).
Se trataba de dos internos de nacionalidad argelina, cuya trayectoria nada tiene de ejemplar, que habían utilizado a modo de sierra elementos comunes que una vez manipulados les sirvieron para tal propósito.
Este tipo de actos se consideran de suma gravedad, dado que la intencionalidad y el fin van encaminados a consumar una fuga del establecimiento, incluso intentando secuestrar a algún funcionario para poder conseguirlo.
El sistema penitenciario actual está pecando de “excesiva laxitud y buenismo”, por lo que internos inadaptados cada día se atreven a protagonizar hechos cada vez más violentos contra los trabajadores y contra las normas establecidas, sabiendo que sus conductas no van a ser sancionadas con el rigor proporcional y necesario.
APFP señala que los funcionarios de prisiones arriesgan sus vidas a diario para salvaguardar la de los internos, careciendo de los medios necesarios, con una formación insuficiente para actuar y una gran falta de personal para realizar su trabajo.
“Pese a la grave falta de personal que sufrimos en este centro y que se agrava por momentos, la actuación de los funcionarios de prisiones sigue siendo ejemplar, haciendo mérito de una excelente profesionalidad, a pesar de la nula atención que recibimos desde la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias”.