Los funcionarios de la prisión de Dueñas en Palencia, en colaboración con la Unidad Canina de la prisión de Burgos han descubierto uno de los mayores alijos de droga en esta prisión.
Tras detectar el comportamiento extraño de un interno de confianza, destinado a tareas de limpieza exterior, los Grupos de Control y Seguimiento del centro pusieron en marcha una investigación que concluyó ayer con la intervención del alijo de substancias tóxicas y objetos prohibidos.
Según la investigación, las visitas que acudían al centro dejaban la droga en las papeleras del parking para las comunicaciones. El interno encargado de la limpieza la recogía y la introducía en el departamento de Ingresos donde la escondía en cuartos de limpieza y otras dependencias. Otros presos, que presuntamente recibían un pago a cambio, se encargaban de distribuir las substancias en el interior de los módulos del centro penitenciario.
Tras descubrir a la red, la Dirección de Dueñas solicitó la colaboración de la Unidad Canina de la prisión de Burgos, y gracias a la intervención de ‘Kinder’, un de los perros del centro burgalés, se descubrieron 200 gramos de hachís, 20 gramos de marihuana, dos envoltorios de roca de cocaína, tres gramos de heroína, tres gramos de polvo blanco, casi un centenar de pastillas opioides y más de 200 pastillas de bezodiacepinas, además de dos teléfonos móviles.
Todo el material se encontraba escondido en cubos de basura, escurridores de fregonas, montacargas y en los altillos de armarios del módulo de ingresos. Al parecer, según la investigación, el interno lo acumulaba a la espera del desconfinamiento de los módulos que se encontraban en cuarentena a consecuencia de la COVID-19