El pasado mes de diciembre se celebraron cinco años de la desaparición de la joven Malen Zoé Ortiz. Nacida en Argentina, llevaba prácticamente toda su vida residiendo en la localidad de Calvia (Mallorca).
El día de su desaparición, daba comienzo como un día más. Corría el mes de diciembre cuando, tal y como hacía cada mañana, se dispuso a ir al instituto. Tras la finalización de la jornada lectiva, la adolescente, portando cazadora vaquera y zapatillas rosas, se percató de la falta de las llaves que permitían adentrarse en el domicilio familiar que, hasta la fecha, se ubicada en dicho distrito. En él residían su padre Alberto Ortiz y el pequeño Bruno Ortiz que contaba, por aquellos entonces, con 12 años de edad.
Concretamente, tal y como relatan compañeros de aula, fue en el autobús de vuelta al hogar cuando calló en la cuenta de no tener las llaves de su casa. Fue entonces cuando, tras tocar el timbre y corroborar que no había nadie en la vivienda, se dispuso a llamar por teléfono al padre.
La llamada no obtuvo la respuesta que ella deseó.
Fue la asistenta de su padre quien recibió la llamada y quien hizo conocedora a Malen el desconocimiento que ésta tenía en relación al paradero de su padre.
Decidió caminar hasta la residencia de su novio, Daniel de 17 años, con el fin de comer con él y hacer tiempo hasta poder retornar a la vivienda. Malen en ese momento contaba con 15 años de edad.
La joven nunca llegó al destino. Su pista se pierde, entorno a las cuatro de la tarde, en la grabación de videovigilancia captada a bordo de su monopatín verde. A 300 metros la cámara contigua la pierde la vista.
¿Qué pasó en ese lapso de tiempo?
¿Qué originó que su rastro se perdiera en tan escasa distancia?
Nada se sabe de lo que pudo sucederle a la menor. Su núcleo familiar estaba ciertamente dividido al estar separados sus padres desde temprana edad. Tanto Natalia Rodríguez como Alejando Ortiz, sus progenitores luchan, por separado, por el esclarecimiento del caso. La madre es la promotora de multitudinarias concentraciones que apelan a la colaboración ciudadana y la investigación rigurosa que requiere su hija.
Por otro lado, el padre ha protagonizado, asimismo, concentraciones y un video colgado en la red donde alude a que “alguien tiene algo que saber”. Además, ha ofrecido testimonio en televisión, en ciertas ocasiones, al mismo tiempo que fue promotor de la oferta de 30.000 euros a todo aquel que aportase información alguna sobre los hechos.
Mencionar que su persona cobró una atención especial cuando, en el mes de septiembre, fue detenido y puesto en libertad con cargos al protagonizar altercados con las fuerzas de seguridad junto a un bochornoso escándalo por las calles de Santa Ponça con actitud agresiva y al grito de «¡esta noche va a haber sangre!».
Estos hechos junto a la manifestación de cierta oposición hacia las autoridades policiales, de la mano de golpes ya en el interior del coche policial, fueron indicadores, entre otros, del ingreso en el área de Psiquiatría del Hospital de Son Espases, ubicado en Palma.
Apuntar a que la investigación de la menor Malen Ortiz, en los primeros momentos, se centró en Santa Ponça, Cala Vinyes, El Toro, Son Ferrer, Cala Figuera y en la zona de Magaluf. Con el paso de los días, se fue extendiendo por toda la península.
Ha sido, y es, un caso que nunca ha dejado de ser investigado.
Apelamos, una vez más a la colaboración ciudadana.