La ausencia de propuestas realistas sobre las repercusiones negativas de la digitalización (destrucción de empleo por la automatización, la polarización por cualificaciones o la brecha digital laboral) son inadmisibles.
La Comisión Europea ha publicado La Brújula Digital de Europa, que reviste la necesidad de acometer la digitalización en la próxima década en el contexto europeo y que asume muchas de las propuestas de UGT en términos de brecha digital, empleo TIC o infraestructuras de telecomunicaciones. No obstante, sus principales ambiciones también presentan excesivos interrogantes para el caso español en términos laborales. El Sindicatoreclama, en consecuencia, un verdadero foro de Diálogo Social con instituciones europeas y nacionales, así como con la representación de los trabajadores y las trabajadoras.
Considera que las repercusiones laborales se están despreciando al no proponer un proceso con contrapesos sociales para no dejar nadie atrás. Esto supone el fracaso en el proceso de transformación digital de nuestra economía productiva.
De hecho, el sindicato señala que la CE no hace ninguna mención ni propuesta sobre cómo las personas trabajadoras van a afrontar esta transición. La formación laboral imprescindible y los efectos en la automatización del empleo (6,1 millones de puestos serían completamente automatizables en España) son problemas que no se tratan en la comunicación, pero que tendrán un impacto vital en las personas. Por ello, UGT reclama crear un derecho a la Formación continua profesional que reserve 8 horas semanales para este fin.
Formación digital
El sindicato señala también que el Pilar Europeo de Derechos Sociales ya planteaba que “al menos el 80 % de todos los adultos debería tener competencias digitales básicas” en 2030 y repite que esto significa un enorme reto y un gran abandono. Es un reto, en términos logísticos, humanos y financieros, dar formación digital a no menos de 7 millones de españoles en diez años. Por otra parte, es un abandono dejar a otros 7 millones sin dicha formación, lo que los excluirá social y laboralmente en la realidad plenamente digitalizada del futuro.
El sindicato también denuncia que alcanzar “veinte millones de especialistas en TIC en la UE” supone aumentar en un 155% los especialistas en todos los Estados Miembros. En España, esto implica 1.100.000 empleos TIC nuevos, lo que es inalcanzable si tenemos en cuenta que en la pasada década solo se crearon 81.000 empleos de estas características. Además, solo un 4% de los graduados universitarios se especializan en TIC y el empresariado español deja libre un 66,4% de las vacantes TIC por no querer pagar los salarios que exige su alta tecnificación.
Tal y como plantea UGT en Digitalización de la empresa española 2020, en esta transformación nuestro país se encuentra a la cola de Europa. Pretender, por tanto, que el 75% de las compañías utilice herramientas de computación, big data o IA implicaría unos índices de adopción absolutamente irrealizables (1875% sería el índice para la IA). También son de difícil consecución los niveles de adopción propuestos para pequeñas y medianas empresas, pues suponen digitalizar 2,2 millones de empresas en una década.
UGT también denuncia que la CE vuelve a pecar de dejar a un lado la cuestión laboral en el problema de las infraestructuras digitales. Llevar conexiones de fibra y 5G a todos los hogares supone una inversión milmillonaria en un sector con una regulación laxa e ineficaz y que, además, ha eliminado 23.000 empleos tecnológicos dignos en la última década. El sindicato, en este sentido, reivindica que los estímulos públicos no sirven si no se acompañan de políticas de fomento del empleo.
La organización sindical también exige que se contemplen las interacciones entre la Brújula Digital para Europa y los proyectos nacionales relacionados con los Planes de Recuperación para evitar que nuestros planes a corto y medio plazo carezcan de indicadores de seguimiento y objetivos cuantificables adaptados a las métricas y objetivos europeos.