UGT insta a la patronal a alcanzar un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva que garantice el poder adquisitivo de las personas trabajadoras, y evitar así que sean quien sufren las consecuencias más graves de esta situación.
Los datos del IPC adelantado del mes de abril muestran una tasa anual del 8,4 %, continuando así una tendencia preocupante que pone en jaque la recuperación económica y social de nuestro país. La espiral inflacionista sigue estando fuertemente determinada por la situación de guerra en Ucrania, que presiona al alza el precio de los productos energéticos, aunque cabe señalar el efecto contagio que se viene produciendo sobre otros productos básicos, especialmente en los alimentos.
Lejos de corregirse este problema a corto plazo, se estima que la tasa anual media del IPC se sitúe alrededor del 7% en 2022, muy por encima del 3,1% registrado el año pasado. Este escenario requiere la aprobación de medidas excepcionales que pongan freno a la escalada de precios, protegiendo así la competitividad de nuestro tejido productivo y el poder de compra de la clase trabajadora.
Limitar el precio de referencia del gas, un acuerdo positivo, pero que no es suficiente
En este sentido, valora el reciente acuerdo alcanzado para limitar el precio de referencia del gas, estableciendo un tope inicial de 40 €/MWh y un precio medio de 50 €/MWh durante los 12 meses de vigencia de esta medida. Un logro importante para moderar la inflación en los últimos meses el año pero que no debe ser el único.
Por ello, UGT reclama abordar una solución permanente a nivel europeo, dando paso a un sistema de fijación de precios más justo, donde la factura eléctrica venga determinada según los costes reales de producción, en contraste con el sistema marginalista de precios actual, el cual nos condena a pagar un precio de la luz según la oferta de producción de la tecnología más cara (el gas).
Un nuevo AENC que respete el poder adquisitivo de las personas trabajadoras
El sindicato insta a la patronal a alcanzar un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) que garantice el poder de compra de las trabajadoras y trabajadores, pues sería muy negativo para la economía e injusto socialmente que el impacto de la inflación termine generando un agravio distributivo en detrimento de las personas asalariadas. Además, el origen del alza de los precios no se sitúa en el incremento salarial, que actualmente evoluciona por debajo del IPC, y no hay ningún motivo para que en este 2022 no se llegue a un acuerdo que establezca un escenario plurianual de crecimiento salarial que garantice el poder de compra.
Datos
El IPC adelantado del mes de abril muestra una tasa interanual del 8,4%, 1,4 puntos menos respecto al dato del mes anterior. En este comportamiento, el INE destaca la subida de precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, mientras que el precio de la electricidad y los carburantes, aunque continúa elevado, desciende con respecto al mes anterior.
Por su parte, la estimación de inflación subyacente, que excluye los productos energéticos y los alimentos no elaborados, aumenta un punto, alcanzando una tasa anual del 4,4%, el valor más elevado desde diciembre de 1995. Así pues, este dato refleja el efecto contagio que se está produciendo sobre el precio de otros productos básicos, encareciéndose así la cesta de compra habitual.