El sindicato representativo de funcionarios de prisiones ACAIP-UGT relata en un informe la violenta realidad de un prisión española, concretamente la del Establecimiento Penitenciario de Valencia. Un informe donde se detallan sólo los incidentes graves o muy graves del primer semestre de este año, nada más y nada menos que 585 incidentes graves o muy graves, donde destacan ocho agresiones o intentos de agresión a trabajadores penitenciarios.
El de Valencia es uno de los centros penitenciarios más conflictivos del sistema penitenciario español, debido, entre otras cosas, a que alberga una mezcla muy diversa de internos e internas, jóvenes, adultos, mujeres en primer grado, hombres en primer grado, recordemos que el primer grado es el régimen que se aplica a los presos más peligrosos.
El centro en la actualidad aloja 27 internos de este tipo, ello supone que tengan que estar repartidos entre varios departamentos. El módulo que alberga a la mayoría tiene gran cantidad de deficiencias estructurales en materia de seguridad, y supone un riesgo añadido para los trabajadores que prestan servicio en el mismo, tal y como este sindicato ha denunciado en numerosas ocasiones.
Es un departamento que no figuraba en el proyecto original del centro, que se añadió posteriormente, y que, pese a sus reformas, por lo reducido de sus espacios, genera una gran sensación de estrés tanto a trabajadores como a internos.
Además de esa falta de medidas de seguridad, denunciada una y otra vez, el Defensor del Pueblo ha señalado que carece de condiciones adecuadas, habiendo formulado una recomendación para su clausura definitiva.
A ello hay que añadir que hay un déficit endémico en materia de personal, debido al maltrato desde la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que lo considera como un centro normal a la hora de dotación de personal, algo que no es cierto debido a su tamaño y a su estructura arquitectónica.
Ha quedado demostrado en numerosas ocasiones que cuando el número de funcionarios prestando servicio se reduce, se incrementa la conflictividad, ya que los trabajadores no pueden llevar a cabo una adecuada vigilancia y control de lo que sucede en el Centro, y es imposible el poder cumplir con los objetivos constitucionales de reinserción de los internos.
Cada día se producen varios incidentes en el Centro, muchos de ellos graves o muy graves, a consecuencia de los cuales son agredidos o amenazados trabajadores del centro u otros internos.
En este informe se recogen solamente algunos de los que se han producido entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2021. Período se han producido un total de 585 incidentes graves o muy graves en el Centro penitenciario.
➔ 8 AGRESIONES o intentos de agresión a funcionarios con lesiones de diversa gravedad, a consecuencia de los cuales, incluso, varios de los trabajadores agredidos tuvieron que permanecer de baja médica.
Puñetazos en la cara, patadas, mordiscos, arañazos son algunos de los métodos utilizados por los internos para agredir a los trabajadores. Además, se han producido hechos que no han llegado a la agresión, por suerte, o por intervención de otros internos, que sujetan al que intenta agredir.
Algunos de los incidentes más significativos
• El 4 de febrero de 2021 mientras se estaba realizando un electrocardiograma a un interno en aparente estado de inconsciencia, éste se revuelve de forma violenta contra los funcionarios y personal sanitario a los que trata de agredir.
• El 9 de febrero un interno destroza la silla contra el cristal de la celda que ocupa. Otros internos y los funcionarios de servicio intentan calmarlo sin conseguirlo. En ese momento la emprende a puñetazos contra los trabajadores, que consiguen esquivarlos.
• Ese mismo día un interno ingresado en la Enfermería del centro amenaza con un bolígrafo a una funcionaria a la vez que la empuja. A consecuencia de ello la funcionaria se golpea en la pierna, en la cual se le produce una herida.
• El 12 de marzo cuando las funcionarias de servicio acompañan a una interna clasificada en primer grado al patio, ésta empuja a una de ellas y amenaza de muerte gravemente al resto.
• El 28 de abril, en el transcurso de una llamada telefónica, un interno está amenazando de muerte a su pareja. Los funcionarios de servicio acuden a tranquilizarlo, en ese momento el interno se revuelve contra ellos, les empuja, y también les amenaza de muerte.
La administración penitenciaria sólo considera que hay agresión a un trabajador si hay un daño, así, por ejemplo, en el caso de que un interno le ponga un cuchillo en el cuello a un trabajador, sólo sería reflejado como agresión si le clava el cuchillo, algo totalmente inconcebible.
Asimismo, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias se sigue negando a que los funcionarios penitenciarios tengan la condición de agente de la autoridad en el desempeño de sus funciones, algo que si tienen por ejemplo los maestros y los médicos, y
que les ofrecería una mayor protección jurídica y de prevención general.
En estos momentos hay en el Centro Penitenciario de Valencia un total de 37 internos que tienen antecedentes de agresiones a trabajadores penitenciarios.
➢ Han tenido lugar un total de 86 casos de amenazas graves, coacciones o insultos graves a trabajadores. En muchos de los casos de trata de amenazas de muerte y también amenazas a los trabajadores de actuar contra ellos una vez que salgan en libertad.
➢ Hasta en 18 ocasiones los internos se han resistido de forma activa y violenta al cumplimiento de órdenes o de la normativa interior del Centro. Estos episodios, que suelen producir situaciones de gran tensión, no terminan en agresiones a trabajadores u otros internos por la profesionalidad de los funcionarios penitenciarios y, en algunas ocasiones, sólo por suerte. La mayoría de estos hechos se producen en el departamento de Enfermería o en el que aloja a los internos clasificados en Primer Grado.
➢ El día 10 de junio se produjo la evasión de un interno era trasladado en ambulancia al Hospital General. El interno había manifestado que se había tragado dos pilas. Vuelve a ingresar en el centro el día 5 de julio.
➢ Hasta en 185 ocasiones los internos se han resistido de forma pasiva al cumplimiento de órdenes o de la normativa interior del Centro.
➢ Se han contabilizado 64 agresiones entre internos, de mayor o menor gravedad, alguno de los cuales ha sufrido lesiones de importancia.
➢ Se han denunciado un total de 34 casos de amenazas y coacciones graves de unos internos sobre otros.
➢ Al menos en 32 ocasiones se ha producido un deterioro grave de mobiliario o dependencias del Centro, en varios casos por incendios provocados de forma voluntaria por los internos, teniendo estos que ser rescatados por los funcionarios.
➢ Se han encontrado un total de 95 objetos prohibidos por la normativa vigente (varios “pinchos”, teléfonos móviles, y diversos tipos de drogas).
➢ Se han producido 36 casos de autolesiones por parte de los internos. El método más utilizado es el del corte en el antebrazo o en el abdomen. También hay internos que se tragan cristales, pilas, cuchillas de afeitar o incluso uno que utilizó un tenedor de plástico para clavárselo en las encías. En algunos de los casos requieren su traslado al Hospital General.
➢ Se ha producido 1 suicidio consumado y 3 intentos más.
➢ Se ha computado 4 internos que se han puesto en “huelga de hambre”.
➢ Se han detectado 10 casos de intoxicaciones graves por consumo de drogas, u otras sustancias.
➢ Se han denunciado 6 casos de sustracción de objetos personales de internos por otros compañeros de internamiento.
➢ 2 internos han quebrantamiento de condena al no regresar de permiso.
El Establecimiento Penitenciario de Valencia sigue presentando unos problemas endémicos
En primer lugar, es uno de los centros del Estado que mayor número de internos e internas muy peligrosos acoge: 32 en total (17 hombres y 15 mujeres), pese a que dispone de menos medidas de seguridad y una peor estructura que otros más modernos para albergarlos, por lo que no reúne las condiciones necesarias de seguridad para albergar este tipo de internos, que son los que protagonizan los incidentes más graves, sobretodo las agresiones a trabajadores.
No se trata de una percepción sindical, el propio Defensor del Pueblo ha formulado una recomendación de cierre del departamento que aloja a este tipo de internos por su falta de
condiciones. Esta recomendación ha sido rechazada por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Su Secretario General ha podido comprobar en persona cual es la situación, pero lo único que se han obtenido han sido promesas que no se han cumplido.
El déficit en materia de personal del centro continúa aumentando, en los últimos 4 años se ha perdido más de un 30 por ciento de la plantilla.
No se reponen las vacantes que cada año se producen por fallecimiento, jubilaciones, cumplimiento de la edad para dejar de trabajar en contacto con los internos… No se hace ni en los concursos de traslados, ni enviando funcionarios en prácticas.
En la actualidad faltan más de un 15% de trabajadores sobre el número mínimo que debería haber según la Relación de Puestos de Trabajo del Centro. Este déficit es más acuciante en los puestos que están en contacto directo con los internos y en personal facultativo.
Es habitual que un sólo funcionario tenga que hacerse cargo de más de 140 internos, estando por debajo de los servicios mínimos que se imponen por la Administración en caso de huelga.
Esta situación es de sobra conocida por los responsables de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, tanto por los anteriores como por los nuevos. La única solución que se ha adoptado pasa por reducir el número de trabajadores que puede irse de vacaciones de forma simultánea y la restricción en el ejercicio de permisos en caso de enfermedades de familiares.
Ello supone que a los trabajadores del Centro Penitenciario de Valencia no se les aplican los mismos criterios que a otros funcionarios cuando un familiar está enfermo, esta situación que supone una injusta discriminación está recurrida judicialmente.
Los funcionarios penitenciarios no pueden disfrutar todas sus vacaciones en los meses de verano, sino que tienen que hacerlo entre mayo y octubre de cada año.