Entrevista de Digital h50 a David Pola, portavoz del sindicato C.E.P sobre la reforma de la Ley Orgánica de Protección y Seguridad Ciudadana y las reuniones/manifestaciones convocadas a finales de noviembre en protesta.
¿Por qué habéis pedido que se manifiesten los compañeros?
Porque creemos que hace falta apretar el botón de alarma y trasladar a la sociedad un mensaje claro: los policías no podemos proteger a los demás si cada vez se nos expone más en la calle y se nos quitan herramientas jurídicas básicas que garanticen nuestra seguridad profesional. Corremos el riesgo de que el principio de autoridad desaparezca con una reforma legal que llega en el peor de los momentos, en el que cada vez hay más violencia vinculada al ocio y a grupos juveniles violentos. Por eso es necesario dejar claro que somos un colectivo que se siente maltratado cuando por determinados sectores sociales se cuestionan todas y cada una de nuestras intervenciones para, en paralelo, reclamar que se limiten nuestras atribuciones y competencias. Si el Estado y la sociedad depositan en nosotros la confianza para proteger sus vidas y bienes, es necesario que nos respalden y nos proporcionen normas que no sitúen al policía en el espacio de la sospecha sino en la veracidad. Hay que dejar muy claro en esta manifestación que pedimos lo mismo que damos: seguridad.
¿Qué pretendéis como sindicato?
Recabar el apoyo de partidos políticos, medios de comunicación, asociaciones y colectivos y, en general, cualquier entidad que valore el trabajo que desarrollamos los policías nacionales. Queremos construir un gran muro frente a esta reforma de la Ley Orgánica 4/2015, que sólo lleva en vigor poco más de seis años y ha sido respaldada ya en dos ocasiones por el Tribunal Constitucional. Queremos, en definitiva, que el Gobierno dé marcha atrás en este proyecto polémico, ajeno a cualquier necesidad técnica o jurídica, y abrace la cordura política para impedir que un colectivo funcionarial de más de 220.000 familias perciba que su sacrificio diario y el jugarse la vida sólo sirven para que, a cambio, se limiten nuestras atribuciones y se ponga en riesgo, todavía más, nuestra seguridad jurídica.
¿Por qué crees que sale adelante ahora esta reforma?
En CEP lo tenemos claro y lo llevamos denunciado mucho tiempo. El intento descarado de utilizarnos como arma arrojadiza en el debate político. Cada vez que hay un conflicto resulta más cómodo hablar de nuestro trabajo que de las acciones de quienes siembran la violencia en la calle y de la actitud de quienes, con su silencio o con sus mensajes de ánimo en redes sociales, les ofrecen respaldo. Si se ha traído al centro del debate político la reforma de esta Ley Orgánica es porque alguien considera que se pueden obtener beneficios políticos de una iniciativa que cuestiona el trabajo policial o que pondrá limitaciones a intervenciones relacionadas con la seguridad ciudadana. Algunos creen que cuestionar a los policías, que ponerles en el punto de mira, da votos. Y no se dan cuenta de que ellos mismos, que bien que utilizan nuestros servicios para ser escoltados, por ejemplo, están haciendo un daño irreparable al Estado de Derecho, al que cada vez se le recortan más los medios para garantizar la convivencia.
¿Sois optimistas sobre los resultados de la manifestación del 27-N?
Sí en cuanto a su objetivo: alzar la voz y que la sociedad nos escuche. Que se sepa que estamos preocupados por nuestra seguridad. Que se sepa que eso condiciona nuestro trabajo porque no disponemos de las herramientas jurídicas básicas. Que se sepa que necesitamos el apoyo de todos aquellos ciudadanos que quieren a la Policía Nacional, a la Guardia Civil, a las Policías Locales y Autonómicas. Y que se sepa que nuestra única preocupación es poder realizar bien nuestro trabajo al servicio de los demás. Es muy posible que el Gobierno no escuche nuestra reivindicación, la de cientos de miles de profesionales y sus familias. Pero si no lo hace, habrá dado la espalda a uno de los colectivos funcionariales más numeroso del Estado y habrá dejado claro que la seguridad no es una prioridad en esta legislatura. Son los hombres y mujeres de todos los Cuerpos de seguridad los que permiten con su esfuerzo diario que España sea uno de los países más seguros del mundo. Sólo pedimos que se nos escuche, que se nos atienda y que se acepten nuestras alegaciones sobre algunas de las medidas que pretenden aprobarse para modificar la Ley Orgánica 4/2015.