El Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha absuelto a un policía nacional de Huesca de los delitos de que le acusaba un ciudadano, lesiones, detención ilegal y denuncia falsa, al considerar que la detención del recurrente tiene su justificación en su desobediencia, primero a las órdenes expresas del policía, que en su condición de agente de la autoridad le había dado a fin de que abandonara las dependencias de la comisaría de la Policía, y después a su resistencia a ser desalojado mediante la compulsión física que el agente tuvo que hacer.
Así lo indican los magistrados en la sentencia, que señalan “la existencia de motivos más que suficientes para entender que había razones suficientes para considerar que se había cometido un delito flagrante que justificaba la detención”.
Respecto a la acusación de denuncia falsa explican los magistrados su pronunciamiento absolutorio al no poder afirmarse que al acusado mintiera deliberadamente, ni que actuara con temerario desprecio a la verdad, al relatar los hechos que denunció sino que las circunstancia de sobrecarga y complejidad del trabajo que recaía sobre las fuerzas de seguridad en el día de autos le llevaron a resumir el incidente confundiendo los braceos iniciales con golpes frustrados o con los recibidos, propinados por el ciudadano, en un momento ulterior al inicial.