En televisión se tiende a considerar “normal” todo lo “antinatural” sin ver el trasfondo de una realidad caótica. La monotonía, el desamor y la cobardía de no abandonar una relación ya caduca e infeliz llevan a explorar nuevas vías y entre ellas lo que se llama poliamor y que muchos denominan infidelidad consentida. Parece más bien promiscuidad sexual o sexo sin amor.
En mi consulta he atendido tanto a hombres como mujeres a los que su pareja exigía determinado tipo de prácticas sexuales como tríos, intercambios de pareja y sexo en grupo para conservar su amor.
En un principio, todo era aceptado en gran parte por la dependencia afectiva desarrollada pero a la larga estas prácticas han derivado en innumerables problemas psíquicos como depresión o intentos de suicidio y la sensación de “sentirse sucia”. Como la mujer violada que llevaron a la ruptura con la sorpresa de que la nueva pareja de su anterior relación era la otra componente del trío.
Lo más equilibrarte y placentero es sin duda el sexo con amor y sentimiento y ese escalofrío del roce de la piel con una pareja que amas. Recuerdo la expresión de una paciente afirmando que su expareja jamás le sería infiel si accedía a estas prácticas. Era una infidelidad, pero exigía su con sentimiento.
En algún momento de esta relación de tres o más surgen los celos y no es de extrañar tampoco la presencia de crímenes pasionales dado que el desequilibrio mental que conlleva y que pueda conducir tanto al abandono de la relación como a eliminar al intruso que provoca sufrimiento.
Parece como una vuelta al movimiento hippie, con el tan conocido lema de “paz y amor”, un amor libre y en comunas. Otras veces se oculta una dependencia del sexo como trasfondo, lo cual es una adicción que debe ser tratada.
Nada nuevo en está mirada actual de los medios de comunicación que intentan dar bombo y normalizar una situación psicológicamente caótica. Un escenario que a la larga produce una monotonía y vacío existencial porque sensación y sentimiento deben de ir unidos y no evolucionar hacia caminos dispares.
Dice el refrán que “dos son pareja y tres son multitud”. Si cada miembro de la pareja puede tener relaciones con quien quiera es absurdo el concepto de la pareja ya que se convierte en un compromiso. Le llaman amor cuando quieren decir sexo.
“Si no te conozco no te vivido. Si muero sin conocerte no muero porque no he vivido”.
Así decía el poeta sevillano Luis Cernuda. Nada hay más gratificante que el amor en pareja y el sexo con amor. Nunca paliar el fracaso de una pareja con una mentira y acaso un deseo de uno de los miembros. La ruptura llegará y a veces eso es lo que se pretende con el hastío y agotamiento de uno de los miembros.
Autora: Pilar Enjamio Furelos | Psicóloga