El Sindicato Unificado de Policía pide unidad frente a las graves declaraciones del artista, que llegó a acusar a la Policía Nacional de criminal en su actuación, llegando a atribuir a la Policía su muerte, si este aparecía en una cuneta. No es propio de una persona de la trayectoria de Nacho Cano, llegar a ese punto de irresponsabilidad contra la institución más valorada por los españoles.
Por supuesto que respetamos su libertad de expresión y entendemos su nerviosismo al verse envuelto en una investigación y un procedimiento judicial en el que como investigado tiene todos los derechos de los que gozamos en nuestra Democracia, en parte gracias a la labor de los funcionarios de nuestra Policía Nacional. El señor Cano, como investigado, tiene derecho a mentir, tiene derecho a no decir verdad, tiene derecho a no confesarse culpable.
Pero el señor Cano no tiene ningún derecho de calumniar tan gravemente a la Policía Nacional que está cumpliendo su deber de perseguir los presuntos delitos que se hayan cometido. Por supuesto que hasta que un tribunal de justicia no diga lo contrario, Nacho Cano es inocente.
Reiteramos para concluir que gracias a la abnegada labor de los miles de hombre y mujeres que conformamos esta Corporación, el señor Cano ha gozado y gozará de un trato trato justo, profesional, ajustado a derecho y muy a alejado del que hubiese recibido en países donde los regímenes autoritarios ni siquiera le hubiesen permitido manifestarse con libertad en la rueda de prensa donde ha vertido tan graves acusaciones.
Quedamos a la espera de su rectificación o como anunciamos, no nos quedará más remedio que acudir al amparo de la Justicia.
Tampoco creo que ningún funcionario debería sentirse ofendido ya que cobra un sueldo por ello, al final la institución es pública no es de los funcionarios y mientras no se nombre a ningún funcionario en particular no creo que sea nada ilegal lo que se profiera a la institución, esta por encima la libertad de expresión y una institución no creo que se pueda ofender como digo es pública y sufragada por los ciudadanos los cuales unos se pueden ofender pero otros no.