Que triste es ver el deterioro diario y a lo que se ve abocada la sociedad en la que vivimos, pues hemos pasado de llamar al telefonillo y salir corriendo fumar un cigarrillo, que era lo que a mi edad de juventud, entendía como una gran gamberrada, a introducirse en espacios de adultos a edades muy tempranas.
Menores en los que no existe ni control parental, ni nada que se le parezca, ya que por desgracia en esta sociedad sus tutores deben sacar su casa adelante, lo que les impide pasar el tiempo necesario para educar a sus hijos y dejando esta labor a maestros los cuales de algún modo se ven afectados por la falta de recursos, temiendo incluso por su integrad física en su tiempo laboral.
Y es que no es que pretenda echar toda la culpa a aquellos padres o tutores, sino que la sociedad por si sola carece de concienciación en la mayoría de las veces que por desgracia se cumple uno de los peores escenarios en la juventud de cualquier individuo.
Sucede cuando de alguna manera y muchas veces por falta de conocimiento se introducen en mundos que no son los suyos, por aparentar en muchas de esas ocasiones el “machito” del grupo y no terminar en el otro bando que es el sentirse acosado, por los mas fuertes.
Pues sabemos que por desgracia el bullying está en pleno auge y que da el mayoría de las veces la peor cara de manera tardía, dado que estos mismos que perciben el rechazo por sus compañeros pueden en muchos casos llegar a cometer grandes atrocidades consigo mismo o con los demás, ya que el desgaste y la ira contenida por no sentirse igual que el resto, en momentos concretos llevan a su víctima a la muerte o de lo contrario a convertirse en verdugo teniendo la necesidad de acabar con todo aquel que ha querido hacerle daño.
Me gustaría tratar estos temas desde una parte amable, pero eso quizás haría que no se entendiese el problema real que tenemos.
Muchas veces vemos fenómenos delincuenciales lejos de nosotros, en países que pensamos que aquí nunca pasaran y que forman parte incluso de películas de acción y entretenimiento.
Pero por desgracia no es así, ya que está sucediendo a diario en nuestras calles, puesto que el tejido social ha cambiado, existe nuevas culturas que de algún modo dan riqueza a la sociedad pero que a la hora de delinquir tienen otra forma de hacerlo, pues el tipo de delitos son mas radicales y la defensa de estos es más difícil y dura, poniendo a la figura de policía en una situación compleja.
Ya que muchos de ellos son delincuentes a pronta edad, menores inimputables, provocando una inseguridad mayor.
Pero aun así y viéndolo en las noticias a diario, queremos mentalizarnos y permitirnos el lujo de decir que esto son casos aislados, casos que por el tipo de sociedad que “teníamos” no sucederán, pero no es que haya equivocado el tiempo verbal sino que en nuestra mente seguimos pensando en la sociedad que teníamos cuando en televisión se podían proyectar películas que ya en el primer momento de emisión, informaban de los rombos que tenían y solo este pequeño detalle hacía que pudiésemos proteger de la infancia y la juventud de nuestros menores. Ahora en cambio, más que poner puertas al campo, las hemos abierto del todo, sin protección ninguna, pues queremos pensar que poniendo un teléfono móvil en manos de un menor será suficiente para llenar el vacío que pudiesen sentir a diario y lo que no nos damos cuenta es que en muchas de estas ocasiones a donde acercamos a nuestros hijos es al precipicio, viendo desde ese punto su infancia y juventud, sin dejar paso a lo que es el ciclo del crecimiento y el aprendizaje sino mas bien a la incomprensión total de lo que es una sociedad sana de mente.
Pues esta comprobado que la proyección de imágenes violentas tanto a nivel sexual como a nivel físico, provocan un prisma totalmente desfigurado y distorsionado de lo que era la sociedad convencional, ya que ese tipo de imágenes es imposible que un menor pueda analizar de manera correcta, menos asimilar que eso que esta viendo sea lo incorrecto en la sociedad.
Sino más bien entienden que ese tipo de acciones vienen emparejadas con la normalidad y lo cotidiano, ya que para ellos no es difícil acceder, cuanto más datos tienen sus móviles.
El fenómeno AMOK tiene como objetivo y causa el matar de manera indiscriminada si la existencia de un plan concreto establecido sino más bien matar a cualquiera que se cruce en el camino del individuo que lo lleva a cabo, este síndrome hace algún tiempo lo podíamos observar desde nuestras fronteras, pero nos damos cuenta que los delitos ya no entienden de fronteras como podemos observar en las noticias, ya que informaban de un individuo, menor de edad que de manera indiscriminada entraba en su propia escuela y aunque en este caso tenía un objetivo concreto, de manera totalmente impulsiva e irracional a la sociedad, atacaba a todo aquel que se le cruzase en su camino y que de no ser reducido, la atrocidad cometido habría sido mayor. Fenómenos que en la mayoría de ocasiones van amparadas con la información errónea y la falta de manejo de la información que se reseñábamos.
¿Es que acaso no tenemos armas suficientes para poder atajar la delincuencia en las calles?
Soy policía y puedo decirles a esta pregunta, que la respuesta es “NO”, pues por desgracia llevamos muchos años sin herramientas para poder resolver el tipo de delincuencia que se presenta en nuestras calles, ya que parece que hoy por hoy las leyes están en beneficios a los reos, que al menor se le debe proteger ante cualquier circunstancia, sea la que sea, que los adultos que cumplen condena son pocos para todo el trastorno que provocan a la ciudadanía y que además estos muchas veces utilizan a personas vulnerables para enriquecerse.
Que los políticos no defienden al que debe defender a los ciudadanos y a los que con su carrera y aprendizaje de algún modo podría sumar más en la sociedad, si ellos mismos ponen trabas. Un peón más y ahora en los tiempos que corren sin importancia alguna. Pues más que alegrar la cara de los que gobiernan este país a nuestra llegada en cualquier lugar parece que somos un enorme estorbo.
Y en muchas ocasiones nos gobiernan y nos juzgan quien deberían ser gobernados y juzgados, sacando de las cárceles y dejando al amparo de la suerte a los ciudadanos, dando asíun consentimiento totalmente laico por parte de ellos a sus fechorías.
Fenómenos inentendibles que hacen de estos tiempos una incertidumbre.
Esta mejor visto que se nos pisotee, se nos vacile e incluso cuando estamos en un peligro verdadero , se nos juzga la proporcionalidad de los hechos con el malo, dejándonos a nosotros como delincuentes más que como protectores de la sociedad y la ciudadanía.
Si ni si quiera nos defienden como vamos a defender nosotros sin que la gente desconfié de nuestro trabajo.
Pero lo que es peor y me parece una gran falta de respeto es, que si a nosotros se nos trata así, los daños colaterales de todo ello los recibe el ciudadano y peor aún si cabe el despotismo que refleja todo esto de cara a otras naciones, pues somo el país de la pandereta como se dice vulgarmente.
¿No se están dando cuenta los que gobiernan, que España no va bien? Una nación que se divide nunca vencerá y no lo digo desde un bando patriota que es por el que de manera incomoda me movería en estos momentos, sino mas bien desde el bando de que si cada uno hacemos lo que nos da la gana que pretendemos enseñar a nuestros pequeños.
¿A caso no estamos viendo como se ha deteriorado todo?
Pero dando final a lo que me acontece que es la sociedad juvenil, diré que si ahora tenemos vándalos menores, esos también crecen y si no los enderezamos ahora, mañana será tarde.
No será mejor que ellos ahora sepan el daño que hace el mal uso de la pornografía, la inteligencia artificial, lafalta de compresión por jóvenesque no los catalogamos como sus iguales los cuales terminan siendo acosados en vez de protegerlos.
Tomemos conciencia de ello.