Los Reyes fueron recibidos, tras su llegada a la Plaza de la Almudena, por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, seguidamente accedieron a la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid y recibieron el saludo de la ministra de Defensa, Mar-garita Robles Fernández; el ministro del Interior, Fernando Grane-Marlaska Gómez; el jefe de Estado Mayor de la Defensa, Teodoro Esteban López Calderón; y por el jefe del Cuarto Militar de la Casa de S.M. el Rey, Emilio J. Gracia Cirujeda.
A continuación, comenzaron los actos militares con Honores, interpretación del himno nacional y salva de 21 cañonazos.
Su Majestad el Rey pasó revista, acompañado por el jefe de Estado Mayor de la Defensa, el jefe del Cuarto Militar y el coronel Jefe de la Guardia Real, al mando de la formación.
Finalizada la revista, Sus Majestades los Reyes, acompañados de las autoridades que les recibieron, abandonaron la Plaza de la Armería hacia el Zaguán de Embajadores, donde fueron saludados por el personal de Patrimonio Nacional y del Cuarto Militar.
Don Felipe y Doña Letizia ocuparon su lugar en el Salón del Trono y accedieron las comisiones representantes del Órgano Central de la Defensa y Estado Mayor de la Defensa; de las Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo; del Ejército de Tierra; de la Armada; del Ejército del Aire; de la Guardia Civil; y de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil.
Tras este saludo a las representaciones, Su Majestad el Rey impuso condecoraciones a diferentes miembros de las comisiones militares y se produjo la intervención de la ministra de Defensa.
El Rey en su discurso quiso recordar “…precisamente, al cumplirse 10 años del cese de la brutal violencia de la banda terrorista ETA, quiero honrar con gran emoción la memoria y dignidad de las víctimas del terrorismo. Muchas de ellas pertenecían a las FAS y a las FyCS. Enviamos a sus familias un mensaje de ánimo y de admiración. Su fortaleza y altura moral nos sirve de guía a todos los españoles…”
Además, Don Felipe destacó “…quiero expresaros el orgullo de la sociedad española hacia la Institución Militar. Es sin duda la mejor recompensa e implica aprecio y gratitud hacia vuestro trabajo y vuestros valores. En muchas situaciones vividas este año, los españoles también os han vuelto a sentir muy próximos, compartiendo sus mismos desvelos, asistiendo con personal y medios para superar momentos de emergencia o gran necesidad. Sé que os mueve el honor de servir a España y a nuestros ciudadanos, y que al cumplir con vuestra responsabilidad no escatimáis esfuerzos ni sacrificios…”
Tras las palabras de Su Majestad el Rey, el acto concluyó con un breve encuentro con las autoridades y asistentes durante unos minutos en el Salón de Columnas del Palacio Real.
La celebración de la Pascua Militar constituye un solemne acto castrense con el que se inicia el año militar. En dicho acto se realiza un balance de las vicisitudes del año anterior y se marcan las líneas de acción que se desarrollarán en el siguiente. Además, se imponen condecoraciones militares a aquellos civiles y miembros de las Fuerzas Armadas que se han hecho acreedores de ellas durante el año vencido.
El origen de la Pascua Militar se remonta al reinado de Carlos III, cuando, el 6 de enero de 1782, se recuperó la localidad menorquina de Mahón, que se hallaba en poder de los ingleses. Como expresión de júbilo, Carlos III ordenó a los virreyes, capitanes generales, gobernadores y comandantes militares que, en la fiesta de la Epifanía, reuniesen a las guarniciones y notificasen en su nombre a jefes y oficiales de los ejércitos su felicitación.”
Muy en contra el aislamiento del Rey y su familia.¡Que vuelva su padre Juan Carlos!