El Policía Nacional adscrito a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Comisaría Provincial de Salamanca D. Francisco Javier Illera Hernández ha sido galardonado con el Premio a los Valores Humanos “Rosa Crespo” que otorga la ONG Policía Solidaria, por su destacada actuación en las playas de Benalmádena (Málaga) donde logró salvar la vida de dos jóvenes que se estaban ahogando.
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) creó en el año 2001 la ONG Policía Solidaria como consecuencia de un sentimiento social creciente entre los afiliados del Sindicato Unificado de Policía y cuyo fin es dar respuesta a aquellos problemas existentes en la sociedad cuya solución no es policial y sí social.
A raíz del fallecimiento en el terremoto de Haití de enero de 2010 de la Subinspectora del CNP Rosa Crespo, que se encontraba en misión policial humanitaria, el SUP, mediante la ONG Policía Solidaria, decidió homenajear la memoria de nuestra compañera con un premio de carácter anual que reconociera a aquellos que dan sin recibir nada a cambio y que actúan por generosidad humana hacia los demás, debiendo acreditar las personas que se hagan acreedores al mismo un comportamiento desprendido, solidario, de llevar a cabo una acción que resalte el espíritu de sacrificio, el esfuerzo, el riesgo en apoyo de otra persona.
El pasado día 15/07/2019 el Policía Nacional Francisco Javier Illera Hernández se encontraba disfrutando de un plácido día de playa junto a su familia en la Playa de Las Gaviotas de Benalmádena (Málaga) cuando se percató de que varios bañistas solicitaban auxilio para tres personas que habían sido arrastrados por la corriente mar adentro.
Tras alertar a la Socorrista que en esos momentos se encontraba realizando labores de vigilancia de la playa, el Agente de Policía no dudo en adentrarse a nado en el agua, logrando alcanzar y socorrer a los dos primeros bañistas que resultaron ser dos jóvenes, hermanos de 12 y 15 años respectivamente, quienes habían sido arrastrados mar adentro por las fuertes corrientes que en esos momentos se estaban produciendo, logrando sacarlos del agua con extrema dificultad para ponerlos a salvo al cuidado de otros usuarios de la playa.
Seguidamente dirigió su atención hacía la socorrista, quien había acudido a prestar auxilio al tercer bañista, el cual había sido arrastrado por la corriente unos 80 metros mar adentro, observando como aquella gritaba y hacía gestos ostensibles solicitando ayuda desesperada puesto que no lograba materializar el rescate del bañista.
Por tales motivos el agente no dudo nuevamente en zambullirse en las aguas y nadar hasta alcanzar a la socorrista, quien en esos ya se encontraba exhausta, procediendo entre ambos a impedir que el bañista, que había perdido la consciencia por la inmersión fuera tragado por las aguas a la espera de la llegada inminente de una moto acuática del Servicio de Salvamento que había sido alertada posteriormente, procediendo entre todos ellos, no sin extrema dificultad, a subirlo hasta la moto acuática donde iniciaron maniobras de reanimación al comprobar que carecía de constantes vitales, para seguidamente dirigirse
a tierra firme donde el Agente, quien cuenta con conocimientos adquiridos en socorrismo, continuó realizando las maniobras de reanimación hasta la llegada de los Servicios Sanitarios, quienes continuaron con las mismas por espacio de unos 45 minutos, no logrando su recuperación, pudiendo solamente certificar su fallecimiento por ahogamiento.
Es de significar que toda la actuación se produjo bajo una fuerte presión y estado emocional tras conocerse que los dos bañistas menores rescatados por el Agente de Policía eran hijos del fallecido, quienes también se encontraban disfrutando de unos de vacaciones en Benalmádena, dándose además la circunstancia de que unos días antes, en el mismo lugar, había fallecido ahogada una mujer de 32 años en circunstancias similares, debido a
las fuertes corrientes marinas de esa zona.
Estar fuera de servicio y poner en riesgo su vida para salvar la de dos personas desconocidas, es un acto de grandeza humana, de solidaridad con los demás y de espíritu
de vocación y servicio, que abarca y refleja los mejores valores humanos, que una persona
puede reunir. Este proceder de ayudar al semejante, salvándoles la vida, aun consciente de la posibilidad de perder la propia, es lo que motiva que Francisco Javier Illera Hernández haya sido digno merecedor de este Premio Rosa Crespo de los Valores Humanos, que recibió de manos de la Secretaría General del Sindicato Unificado de Policía durante la celebración del XII Congreso Nacional celebrado en Toledo al que asistió entre otras personalidades el Presidente del Partido Popular D. Pablo Casado.