Los retos virales se contagian como la pólvora y no siempre forman parte de un simple hecho anecdótico. En ocasiones, entrañan una grave amenaza para la integridad psíquica y física de las personas pudiendo incluso a derivar en la muerte de una persona.
Hace unos días conocimos el grave caso detectado, en un inicio, en Guanajuato (Méjico) donde niños de entre diez y once años se retan a engullir ansiolíticos y no quedarse dormido a través de la red social TikTok. Ahora llega a otros lugares del mundo haciéndose viral y puede desembocar en tragedia y afectar a nivel neurológico con secuelas irreversibles. El resto consiste en ingerir un montón de pastillas y el ganador es el que aguanta más tiempo despierto.
El clonazepam ha aparecido como el fármaco que se adquiere y administra por parte de los menores de edad para participar en este “juego”. Es una benzodiacepina a igual que lo es el lorazepam, orfidal y el alorazolam o tranquimazin. Bajo nombres farmacéuticos como Rivotril o Linotril, entre otros, son prescritos en casos de crisis de epilepsia y con un fuerte poder hipnótico y ansiolítico.
He llegado a ser testigo de efectos secundarios en muchos pacientes como tics nerviosos o movimientos incontrolados de ojos y labios además de somnolencia, ataxia o marcha atrás como los alcohólicos y descoordinación del movimiento y microrelajación muscular. También mareos y visión borrosa.
Este caso se produce en la etapa adolescente de exploración de retos desconocidos sin ser conscientes del peligro hasta que se hallan de bruces con el problema y el poder hipnótico de la pandilla que llama cobarde a quien no tiene la osadía de decir “no” o “basta ya”.
Hay que alertar de ello y cuerpos policiales de varios paises ya hace campañas de advertencia. Incluso se han conocido más de quinientos casos en jóvenes como el de una profesora de Méjico que alertó de la intoxicación de dos menores en clase descubriendose el resto en el hospital.
Nos preguntamos como lo consiguen estos menores ya que surge un aspecto nuevo y es el robo y la delincuencia a veces con uso de la agresividad con diversos medios y consecuencias trágicas, fruto de la intimidación.
Como cualquier droga crea dependencia y produce un síndrome de abstinencia si se usa de firma repetida. Incluso se puede llegar al caso de coma por sobreingestión de barbitúricos y afectación neuronal y cerebral o la misma pérdida de la vida.
No es una cuestión para dejar pasar desapercibida y debe prevenirse y castigarse obligando a los padres a estar alerta de lo que graban sus hijos en redes sociales y si observan alguna conducta extraña o algún síntoma fruto del efecto secundario o toxicidad de estos fármacos ansiolíticos e hipnóticos que solo deben ser usados bajo prescripción médica.
Por todo ello, es importante avisar de los graves peligros en una edad en que los menores no son plenamente conscientes de las consecuencias de muchos de sus actos. Tampoco olvidar la amenaza o presión de una pandilla o el cabecilla de la misma. ¡ALERTA! y gran labor policial de prevención informando de un reto viral que puede convertirse en tragedia pero buscada y no fruto del azar.
Autora: Pilar Enjamio Furelos, psicóloga
