El 3 de abril de 2022 un hombre de 47 años asesinó a cuchilladas a su hijo de 11 años en Sueca (Valencia). La Guardia Civil procedió a su detención sobre las 15:30 horas después de ser alertada por la madre el menor fallecido. Acababa de escuchar los gritos de su hijo por teléfono y procedió a llamar desesperada al 112 mientras se dirigía al domicilio de los autos.
Al llegar los agentes y sanitarios al lugar nada pudieron hacer para salvar la vida del niño ya fallecido. Tan solo proceder a la detención del padre y trasladar a la madre a centro hospitalario tras sufrir un ataque de ansiedad. El presunto asesino estaba denunciado por malos tratos y había en vigor una orden de alejamiento.
Esta misma semana, un jurado popular de la Audiencia de Valencia será determinante para que el acusado sea condenado a prisión permanente revisable. El dilema para determinar o no la máxima condena será si el procesado acuchilló a su hijo con el objetivo de matarle o con la intención de usarlo para maltratar a la madre.
Cuestiones jurídicas al margen, este acto cruel merece la máxima pena habida y por haber. No se entiende como un niño que acudió a comer con su padre para celebrar su cumpleaños acabe violentamente asesinado en una performance que boicotea los principios de la humanidad.