La ONG Proactiva Open Arms incumplió la prohibición de Fomento de realizar operaciones de búsqueda y salvamento.
Desde principios del mes de enero hasta mediados de abril, el barco estuvo retenido en el puerto de Barcelona por razones de seguridad. No tenía permiso de los puertos próximos del Mediterráneo como Malta e Italia para desembarcar personas rescatadas.
Tampoco reunía los requisitos para realizar largos viajes con pasaje.
El buque tenía prohibición expresa del Ministerio de Fomento de realizar operaciones de búsqueda y salvamento marítimo.
El Ministerio de Fomento autorizó al Open Arms a zarpar para llevar ayuda humanitaria a las islas griegas de Samos y Lesbos.
Pero a finales de junio, deliberadamente se saltó la prohibición de Fomento y se dirigió hacia Libia.
Está por determinar si encontró a los náufragos o fue a buscarlos.
Entre los diez primeros días de agosto cogió a 163 personas del mar.
A su regreso a España, podrá ser multado con hasta 901.000 euros por una infracción muy grave contra la seguridad marítima, según la Ley de Puertos y Marina Mercante.
Además al capitán del Open Arms, Oscar Camps, se le podría retirar el título profesional por un período de cinco años.
La única defensa posible para el capitán es alegar que la ley del mar obliga a rescatar a los náufragos. Si bien está por ver si los encontró o fue a buscarlos.
El Open Arms se saltó la prohibición de Fomento y con ello ha generado un conflicto en el seno del Gobierno de Italia. Finalmente el fiscal de Agrigento (Sicilia), Luigi Patronaggio, ordenó, tras realizar una inspección del buque, su incautación y el desembarco inmediato de los náufragos.
Lo que ya se ha realizado esta medianoche en el puerto de Lampedusa.
La desobediencia del capitán del Open Arms también ha generado polémica entre los partidos políticos de España.
Finalmente, ayer por la tarde, el Gobierno en funciones de España, decidió enviar un buque de la Armada a recoger a los inmigrantes y acompañar al Open Arms hasta España. No llevándose a cabo por la decisión final del fiscal italiano.
Mientras algunos ven el Open Arms como un barco de ayuda humanitaria, otros lo ven como el último eslabón de las redes de tráfico de personas.