Todos tenemos a un colega que llega a humillarse al infinito para obtener siquiera un segundo de atención de algún personaje famoso o lograr una foto en la que la cara del famoso está desenfocada fruto de una rauda huída casi siempre por miedo al sujeto que sonríe siniestramente mirando a la cámara frontal de su móvil. También hay que decir que la cámara frontal ha extirpado de la ecuación al cómplice, que casi siempre lo hacía vendiendo su vergüenza ajena a un precio cervecil.
Esta estrategia ha hecho famosos a personajes de la entidad intelectual y moral del “Mocito Feliz” o “el pequeño Nicolás”, este último con un éxito digno de estudio.
La dignidad debería ser una asignatura a estudiar en los colegios, pues brilla por su ausencia en multitud de ocasiones. ¿Hasta qué limites puede humillarse el ser humano para captar un poco de luz de otro? El ejemplo hoy lo tenemos con el “agujero negro Sánchez”, que en España exhibe su injustificada egolatría y cuando sale fuera mendiga en los baños un poco de atención de cualquiera que tiene más entidad moral que él, es decir, de cualquiera.
La escena tendría gracia si este penoso personaje no representara a un país infinitamente más importante y serio que su Presidente. España humillada por el patetismo galopante del “Mocito Feliz de Moncloa” El hecho de que tengamos acuerdos militares con EEUU, (sí, aunque Sánchez diga que sobra el Ministerio de Defensa), o comerciales importantes tanto para ellos como para nosotros da igual, pues los Estadounidenses han detectado a la perfección cómo es nuestro líder, un penoso personaje, mentiroso, demagogo e infinitamente torpe. Sánchez ha elevado a pi el patetismo internacional de Zapatero abrazando a narcodictaduras que nos hacen enemigos del mundo civilizado.
Esto es muy fácil, si hay un conflicto internacional entre un país que ha metido en el Gobierno a los cachorros de Chávez y Maduro y otro que te ofrece cooperación, ¿al lado de quién te posicionas? Está claro. La patética persecución a Biden por parte del todomentiroso no hace sino crecer la humillación a la que nos somete con total justificación USA. Pero lo curioso de la ecuación es que tampoco tenemos el cariño de Rusia y China. Sánchez ha conseguido lo imposible, todos pasan de nosotros, vamos, ni los Británicos quieren venir ya de vacaciones.
El mensaje para el mundo que deberíamos dar los que no nos sentimos representados por este horrible Gobierno sería claro: este personaje representa cada vez menos a la población de España, está de salida. Pasen de él, pero no de nosotros, España es mucho más que este tipejo.