La Policía Nacional desaconseja el uso sistemático del masculino y propone el uso de “la persona”
Hace muchos años, cuando aprendíamos a ser Policías, nos enseñaban unas sencillas pautas para escribir correctamente documentos oficiales:
Escribir siempre en tercera persona.
Párrafos cortos y concretos.
Iniciar cada párrafo con dos guiones y la palabra “Que”.
No dejar espacios en blanco entre párrafos
Escribir la primera letra con mayúscula en palabras como Policía, Señoría, Agente, Juez, etc.
Entre otras…
Desde entonces estas pautas no han sido modificadas si bien, cada Policía con el tiempo y la experiencia va adquiriendo su propio estilo.
Ahora nos introducen otro modo de escritura, ya no escribiremos “los funcionarios” sino el “funcionariado”, tampoco escribiremos el “Jefe de Servicio”, ahora será “La Jefatura de Servicio”, o tampoco escribiremos “Director/a General” y deberemos escribir “Dirección General”.
Estos son unos pocos ejemplos de la guía de lenguaje inclusivo que se ha presentado este jueves, en el que básicamente se desaconseja el uso sistemático de términos masculinos.
El documento ha sido elaborado por la Oficina Nacional para la Igualdad de Género (ONIG), órgano dentro de la Subdirección General del Gabinete Técnico encargado de impulsar la igualdad “real y efectiva” desde su creación en febrero de 2018.
En dicho documento “Se desaconseja el uso sistemático de términos masculinos”, y propone en su lugar términos alternativos como “la persona responsable de…” (y no “el responsable de”); “quien sea responsable de la Instrucción…” (y no “el Instructor de las diligencias”) o “quien esté actuando” (y no “el Agente actuante”).
“El nuevo documento, propio y sencillo, pretende unificar criterios y servir como referencia en la forma de expresión de los documentos que constituyen la producción normativa de la Institución con un claro objetivo, orientar el uso cotidiano del lenguaje inclusivo”.
La conclusión tras consultar esta Guía es evidente, se ha invertido tiempo, trabajo, esfuerzo y dinero en su elaboración y redacción cuando por desgracia, en esta Institución, existen muchas otras carencias que no se abordan con la diligencia debida y que afectan directamente a la propia seguridad de los funcionarios y de los ciudadanos, perdón, “del funcionariado y de la ciudadanía”.
Fdo. Subinspector E.R.A. de la Policía Nacional
Los seudoinclusivistas inútilmente tratarán de buscar la solución al problema de género gramatical en la modificación morfosintáctica por una letra, es la estulticia de las estulticias que a nada conduce.
La simple y original estructura de género gramatical castellano son tres, de los cuales sólo mencionaremos dos:
1.- Masculino (e, o).
2.- Femenino (a, i).
De manera que usar la «e» como inclusivo o neutro no da resultado, es contradictorio, vuelven a caer en el masculino estructurado.
La solución al género gramatical neutro está por otro lado y nó por los caracteres ya mencionados aquí «e, o», «a, i».
Y si alguien viene con su lenguaje seudoinclusivo (@, x, *, e) automáticamente es repelido, porque no es propia de la lengua castellana, simplemente porque no cabe en el inmutable patrón gramatical del castellano. Cuyos signos mencionados ya están estructurados para tal oficio y nó para uso del seudoinclusivo.
No hay necesidad de usar ese lenguaje seudoinclusivo (@, x, *, e). Hacerlo es señal de debilidad para quién lo use, por el solo hecho de dejarse llevar con la moda fatua dementes.
La incorporación de los signos (@), (x), (*), (e) como inclusivo no funciona, dado que en el idioma castellano la vocal «e» es naturalmente masculino, (x, @, *) son
impronunciables, y es que la gramática de la lengua castellana está casi perfectamente estructurada sin dar más cabida para todos aquellos atrevidos que intentan deformarla.
La reformación del idioma va mucho más allá y que nada tiene que ver con la inaceptable idea del lenguaje seudoinclusivo.
Para los indignos que incentivan el lenguaje «inclusivo que se expresan con duplicación y triplicación (os/as), (os, as, es», «seudoinclusivos que usan (@, x, *, e)» y «colectivos (estudiantado, profesorado, alumnado, funcionariado, etc.)»; todas las puertas están cerradas, menos una, La GRAMÁTICA CASTELLANA (Ortología, Analogía, Sintaxis, Ortografía). Es claro que si se arrepienten aunque sea en el último instante podrán ser ayudados a fin de enmendar sus errores por atrevido intentando deformar el idioma.
¿Les cuesta decir «funcionarius» en único término para referirse a ambos géneros en lugar de funcionariado?