El karambit se trata de un cuchillo técnico de combate, con gran capacidad lesiva, gracias en gran parte a su curva afilada y su punta aguda, pudiendo ser de doble filo. Es un arma blanca potencialmente peligrosa, y no, no es un arma legal en España.
Muy extendido en países como Filipinas, Indonesia o Malasia, en los últimos tiempos ha experimentado un cierto auge dentro de nuestras fronteras como arma callejera. Fácil de empuñar y, a su vez, de difícil desarme (por el anillo que llevan incorporado en su base), su poder de ataque y defensa es muy eficaz, capaz de infringir cortes muy profundos y de gran amplitud, especialmente en las extremidades de la víctima o atacante.
Permite ser sostenido de múltiples formas: el agarre frontal con la punta hacia abajo, agarre inverso con la punta hacia arriba, agarre extendido utilizando el anillo como forma de extender la hoja, etc.
Presentan una punta aguda que, con un solo roce puede infringir graves y profundas lesiones en el tejido muscular. Su curvatura permite, a su vez, literalmente destripar al objetivo. ¡Ojo! además de pinchar, desgarran.
Precisamente esta capacidad letal hacen del karambit un arma prohibida en España, a tenor del artículo 4.1h del Reglamento de Armas, ratificado por un acta de la CIPAE, con fecha del 03/04/2013. Por tanto, su tenencia, exhibición o venta está prohibida en nuestro país.
Policialmente hablando, sin duda supone una amenaza para la seguridad ciudadana muy a tener en cuenta. Al ser un arma relativamente pequeña, puede ser fácilmente camuflable entre las ropas o la propia mano, y en cualquier momento el atacante puede sorprender con una acción, en muchos casos, letal.
En este sentido, adquiere un matiz aún más preocupante cuando estas armas son portadas o usadas en lugares de recreo con gran afluencia de público como discotecas o eventos deportivos. Dada sus características, el poder de destrucción en caso de una reyerta multitudinaria podría ser devastador.
Por todo ello, si alguien es sorprendido en posesión de uno de estos letales cuchillos podría estar incurriendo en una infracción grave del Reglamento de Armas, con multas de 300,51 € a 30.050,61 €, siempre que no constituya delito a tenor de las circunstancias concurrentes.