Este caso está considerado uno de los misterios más grandes de Escocia. Tres fareros desaparecieron en las Islas Flannan sin dejar ningún rastro ni vestigio. A día de hoy, aún no se sabe lo que sucedió en aquellas islas.
Las islas Flannan son un conjunto de siete islotes situados en un archipiélago deshabitado en las Hébridas Exteriores de Escocia, en el Océano Atlántico. Toman su nombre de Flannán Mac Toirrdelbaig, un obispo del siglo VII que vivió en este archipiélago y evangelizó la zona. Actualmente, pueden verse las ruinas de la capilla que construyó en la isla de Eilean Mor, donde permaneció hasta el fin de sus días. Aunque en verano los pastores se desplazan a estas islas para que se alimente el ganado por la buena calidad de sus pastos, ninguno se atreve a pasar allí una sola noche. Aún relacionan aquella tierra con oscuras leyendas y apariciones de brujas. Este archipiélago siempre ha sido muy peligroso para los navegantes, pues las tormentas y la niebla ocultaban los islotes de la vista de los barcos y cuando, al fin, los marineros los avistaban, ya era demasiado tarde. De hecho, los navegantes llaman a estas islas los Siete Cazadores.
Entre 1895 y 1899 se construyó por el Northern Lightouse Board, que es el organismo público responsable de la navegación marítima en Escocia, un faro de veintitrés metros de altura en la isla más grande de las islas Flannan; Eilean Mor. El faro se situó en un acantilado a cuarenta y cinco metros sobre el nivel del mar. La finalidad de la construcción era poner fin a todos los accidentes náuticos y las muertes de marineros que no paraban de suceder en el archipiélago. La luz del faro se podía ver a treinta kilómetros de distancia, alternativamente, dos veces cada treinta segundos. Se dice que en los cincuenta años anteriores a la construcción del faro habían muerto más de trescientas personas en accidentes marítimos.
El equipo del faro estaba compuesto por cuatro hombres, que eran profesionales de señales marítimas. Tres de ellos debían estar seis semanas de servicio continuado y el cuarto hombre disfrutaba de dos semanas libres en su casa. Cada dos semanas, el barco Hesperus regresaba a la isla de Eilean Mor para transportar suministros, periódicos de la época y todo lo necesario para el buen cumplimiento del servicio de los trabajadores. El Hesperus también tenía la misión de trasladar al cuarto hombre para relevar a uno de los fareros. El 6 de diciembre de 1900, el Hesperus se alejó de Eilean Mor con Joseph Moore quien iba a disfrutar de catorce días libres y se había despedido de sus tres compañeros que comenzaban su turno de servicio en el faro.
El trabajo consistía en el mantenimiento de los mecanismos del faro, como la óptica y la limpieza de las lentes para su normal funcionamiento. El farero principal era James Ducat; el primer ayudante Thomas Marshall y el segundo ayudante Donald McArthur.
El 15 de diciembre, nueve días después de comenzar el servicio estos tres hombres, un barco de vapor “El Archtor”, procedente de Filadelfia (EE.UU), capitaneado por Holman, que se dirigía a Leith (Escocia), visualizó la isla de Eilean Mor y observó que el faro no emitía ningún tipo de señal luminosa. Holman, intentó ponerse en contacto con el personal que trabajaba en el faro en varias ocasiones, sin obtener ningún tipo de respuesta. Existía un fuerte oleaje y la tormenta amenazaba con aumentar su fuerza, por lo que el capitán decidió no aproximarse a la isla. Tres días más tarde, el Archtor, desembarcó en el puerto de Leith y Holman dio parte del asunto, pero por alguna razón que hasta hoy se desconoce las autoridades responsables del funcionamiento del faro no supieron de este suceso.
Debido al mal tiempo, con un retraso de varios días, y tras once sin que nadie hubiese visto iluminado el faro de las islas Flannan, la tarde del 26 de diciembre, el Hesperus se aproximó a la isla de Eilean Mor. Al mando del navío se encontraba el capitán Jim Harvie que, junto con su tripulación, trasladaba a Joseph Moore que regresaba de sus días libres y era quien iba a sustituir a uno de los fareros. Cuando el barco se acercó a la mayor de las islas Flannan, nadie estaba esperando a recibirlos y el faro no realizaba ningún tipo de señal. El capitán, tomó la decisión de hacer sonar la bocina del barco repetidas veces, avisando de su llegada. Al no obtener respuesta, lanzó algunas bengalas, pero tampoco hubo reacción alguna.
Moore, en solitario, ayudado de unos remos y un pequeño bote, desembarcó en Eilean Mor. Cuando llegó a la zona de atraque, donde había instalada una grúa para transportar las provisiones, comprobó que una piedra, de al menos una tonelada, se había desprendido. La roca había causado graves averías en la grúa y destrozado parte de la barandilla de hierro, incluso algunos tramos habían desaparecido, posiblemente debido a la violenta tempestad en aquellos días. De repente, Moore, presintió que algo no iba bien. Cuando llegó hasta el faro y se disponía a abrir la puerta, se percató de que estaba cerrada con llave. Tras golpearla y llamar a sus compañeros, el único sonido que escuchó fue el de las aves y las olas rompiendo contra las rocas, así que decidió echar la puerta abajo. Al acceder al interior del faro, continuó vociferando los nombres de sus compañeros, pero nadie contestó. Moore se acercó a la chimenea y comprobó que las cenizas estaban frías: hacía tiempo que las llamas se habían apagado. El reloj que colgada de la pared se había parado. Entró en la cocina y vio que había alimentos sobre la mesa y una silla con su respaldar en el suelo, como si alguien hubiese decidido salir corriendo repentinamente. Después, Moore enfocó su atención en las habitaciones y pudo verificar que las camas estaban hechas y todas las estancias en orden. El mecanismo y el equipo del faro también estaban en perfectas condiciones para su funcionamiento.
De inmediato, Moore comunicó al capitán Harvie lo que ocurría y varios hombres de la tripulación peinaron la isla sin encontrar ningún rastro de aquellos tres hombres.
¿Cómo se habían marchado de la isla? No tenían ningún medio para irse.
El faro contaba con un diario y las anotaciones llegaban hasta el día 15 de diciembre, aunque el 14 y 15 estaban en una pequeña pizarra. Era algo habitual hacer ciertos apuntes para después escribirlo en el diario. Ducat, anotó que el día 14 de diciembre apareció una fuerte tormenta, pero el día 15 no hubo excesivo mal tiempo. No escribió nada relevante, a excepción de que a las nueve horas apagaron la luz del faro porque había buena visibilidad y los barcos podían navegar sin riesgo de tener ningún accidente náutico.
Moore aseguró que el 6 de diciembre, cuando le hizo el relevo y abandonó la isla de Eilean Mor todo estaba en perfecto orden en el faro.
Ese fue el último día que aquellos hombres fueron vistos.
«Un terrible accidente ha ocurrido en las Flannan. Los tres guardianes, Ducat, Marshall y McArthur han desaparecido de la isla … Los relojes se detuvieron y otras señales indicaron que el accidente debe haber ocurrido hace aproximadamente una semana«.
Transcripción literal del mensaje enviado a las autoridades: Museo de los faros escoceses / Wayback. Original recuperado el 3 de septiembre de 2008, versión de Wayback recuperado el 7 de diciembre de 2013.
Después de lo sucedido, los profesionales de señales marítimas que pertenecían a la compañía responsable del mantenimiento de los faros de Escocia, incluido Joseph Moore, manifestaron abiertamente su incomodidad para prestar sus servicios en el faro de la isla de Eilean Mor. La compañía propuso como solución reducir los días laborales en las islas Flannan.
Tras estos hechos, se llevó a cabo una investigación oficial por el Northern Lighthouse Board. Se determinó que dos de los hombres estaban intentado reparar los daños que había sufrido la grúa en la zona de atraque y fueron sorprendidos por una ola que los absorbió hasta el mar y que el tercer farero intentó ayudar a sus compañeros y, desgraciadamente, también fue arrastrado por el océano.
¿Cómo pudo sucederles a tres hombres experimentados un accidente así?
Para visualizar el embarcadero, los fareros, podían hacerlo desde tierra firme, a unos treinta y tres metros sobre el nivel del mar. Si los arrastró una ola, debía medir más de una treintena de metros, sin embargo, hasta el día de hoy, la mayor ola registrada ha sido de unos veintinueve metros. Actualmente, se sabe que ni los huracanes pueden crear olas de esa magnitud. Lo extraño es que el día 15 de diciembre, día que el faro no estaba iluminado, había una anotación en la entrada del diario en la que se decía que ese día el tiempo no era excesivamente malo y que los daños provocados en la isla fueron causados con anterioridad. Si lo que pasó realmente es que los fareros fueron arrastrados por una ola hacia el basto océano, estaríamos hablando de una ola de un tamaño que nunca se ha registrado y que nadie ha visto.
Y si los cuerpos, sin vida, de los fareros se los llevó el mar, ¿por qué los cadáveres, o restos de ellos, no han aparecieron en las rocas o en los alrededores del archipiélago como solía ocurrir tras los accidentes marítimos en la zona?
Hubo un detalle que a Moore le llamó poderosamente la atención: cuando accedió al faro pudo observar que había un único traje de agua colgado en el perchero, el de Donald McArthur. Todo trabajador de la Northern Lighthouse Board conocía muy bien la regla de oro en los faros, incluso era motivo de despido violarla; la estación (el faro) nunca podía quedarse sola, al menos un hombre debía permanecer en ella.
¿Por qué salió McArthur del faro sin su traje de agua y abandonó la estación? Y si fue así, ¿qué motivo o fuerza mayor le llevó a abandonar el faro y dejarlo sin vigilancia?
En el último siglo han surgido varias hipótesis no oficiales.
Una de ellas habla de la naturaleza del ser humano. ¿Qué sucede si juntamos a tres personas en un espacio reducido durante muchos días y añadimos alcohol ¿puede que surgiera la violencia?
A posteriori, ha salido a la luz que por una serie de circunstancias, Donald McArthur llevaba casi dos meses trabajando en el faro de Eilean Mor sin apenas días de descanso. McArthur tenía esposa y dos hijos. ¿Es posible que tanto tiempo, solo con los elementos, con el repetitivo sonido de las aves de la zona, el viento y las olas rompiendo contra las rocas afectara a la salud mental de McArthur y terminara asesinando a sus compañeros?
Y de ser así, ¿cómo se deshizo de los cadáveres? Y si luego se suicidó, ¿dónde está su cuerpo?, ¿por qué no había en la isla ni la más mínima señal de violencia?
Se ha especulado entre multitud de hipótesis sobre lo que pasó en aquella isla.
Se dijo que era posible que un barco extranjero hubiese podido secuestrar a los tres hombres. Pero, ¿qué hay tan importante para los servicios de inteligencia extranjeros en las islas Flannan?
También se habló del paso por el archipiélago de OVNIS (objetos volantes no identificados) y que pudieron raptar a los fareros.
No faltaron las especulaciones sobre los fantasmas de los Siete Cazadores; que habían asesinado a los tres hombres.
Otras hipótesis se basaron en la intervención de criaturas del folclore escocés:
Se insinuó que los trabajadores podían haber sido atacados por el monstruo del Lago Ness. Hay quienes dicen que Nessie (así llaman al monstruo) encontró una grieta subterránea que comunica el lago con el mar.
También se cuenta que, antiguamente, en las islas Flannan, vivía una raza de enanos: los Lusbirdan y que quizás los hombres podían haberse encontrado con ellos.
Igualmente se dijo que el Kelpie fue el responsable de la desaparición de los hombres. El Kelpie es una criatura marina que representa el espíritu del agua y que tiene la posibilidad de cambiar de forma a voluntad, pero lo más habitual era verlo en forma de caballo.
A día de hoy, aún hay marineros que afirman que cuando los barcos se aproximan a las islas Flannan, se pueden escuchar las voces de los fareros desaparecidos.
En el mes de septiembre de 1971 el faro de Eilean Mor fue el primero de toda Escocia en automatizarse para su funcionamiento, de esta forma se eliminó la necesidad de tener personal laboral permanentemente en las instalaciones. Solo se aproxima un helicóptero, alternativamente, para comprobar que todo está en orden como dicta el sistema.
En 1912 se publicó un poema llamado Flannan Isle por el poeta Wilfred Wilson Gibhon. En él se dice que los tres hombres desaparecidos se convirtieron en aves. Esta idea se basó en un comentario que hizo Joseph Moore. Cuando salió del faro dijo que tres aves que estaban juntas, de color negro, lo miraron fijamente durante unos instantes y después se marcharon volando.
El misterio de las islas Flannan también inspiró una ópera llamada The Lighthouse, que se estrenó el 2 de septiembre de 1980 en Edimburgo dirigida por Richard Buffalo.
Más recientemente, en 2019 Kristoffer Nyholm lleva a la gran pantalla The Vanishing una película que relata una de las hipótesis de las islas Flannan. El filme está protagonizado por los famosos actores Gerard Butler y Peter Mullan.
Gerard Butler, Peter Mullan y Connor Swindells; protagonistas de la película The Vanishing
Ha pasado más de un siglo de aquellos hechos y aún se sigue investigando este misterio.
¿Qué les ocurrió realmente a los tres fareros de las islas de Flannan?
Autor y enlace: Jesús María Sánchez González.