El pasado mes de diciembre un exvigilante de seguridad la emprendió a tiros contra sus antiguos compañeros de trabajo en Tarragona. Alegaba que no le habían pagado el finiquito. Fue encarcelado, donde permanece.
Ahora desea morir y ha pedido la eutanasia, dado que recibió disparos de los Mossos que le causaron una lesión medular irreversible. Sus víctimas desean que cumpla la condena. Uno de los agentes terminó gravemente herido en la detención, junto a tres vigilantes en la oficina donde fue a reclamar la deuda pretendida.
Recordamos que fue detenido por Mossos d’Esquadra tras huir, en masía abandonada de Riudoms.
La institución ya ha echado a andar el proceso, que puede durar todavía meses, pero en contra de que se deje morir está la acusación particular, que representa a los Mossos a los que hirió. Si muere, alegan, no podría celebrarse un juicio y las víctimas no podrían ser reparadas en el derecho a que se juzgue el acto.
Al exvigilante se le acusa de tentativa de homicidio, atentado contra la autoridad y tenencia ilícita de armas.