La UME fue convocada a desplazarse a La Palma apenas cuatro horas después del momento en que comenzó todo —las 16:12, hora peninsular, del 19 de septiembre—mantiene en la isla a 241 militares y 77 medios materiales, con las ocupaciones principales de medir la calidad del aire, para detectar posibles gases tóxicos, y de retirar la ceniza. En la primera de estas tareas colabora el Regimiento de Defensa NBQ Valencia 1 y en la segunda el de Infantería Tenerife 49, ambos del Ejército de Tierra.
A su vez, el Grupo Naval de Playa traslada en lanchas de desembarco a agricultores y regantes desde el puerto de Tazacorte a la playa de Puerto Naos, para que puedan acceder a sus fincas, dado que es muy difícil hacerlo por vía terrestre. Además, el buque hidrográfico Malaspina, apoyados por dos miembros del Real Instituto y Observatorio de la Armada (ROA), han instalado dos sismómetros de fondo marino (OBS, por sus siglas en inglés) en el entorno de la isla para estudiar la erupción del volcán y los terremotos.
Unas 1.200 viviendas y 2.120 personas, afectadas por vivir en la zona de exclusión; la angustia se amplía a otras 5.000 personas que tuvieron que ser evacuadas, hasta superar las 7.000. La actividad volcánica aumenta y disminuye constantemente, sin que se vislumbre aún el fin de la catástrofe, y el número de terremotos sobrepasa ya los 7.000.
Fuente: Revista Española de Defensa.