Sientes un dolor intenso que no puedes apagar, tu cabeza hierve de pensamientos por esa situación que piensas que jamás podrás superar, crees que la única salida es la muerte, al principio la esperabas impaciente pero ahora la quieres buscar.
El suicidio es básicamente una maniobra de escape ante ese dolor, una situación de crisis en la que no tenemos recursos suficientes para afrontarla. Nos hundimos en un mar de pensamientos y emociones negativas, y solo focalizamos en el problema que tanto nos preocupa, es lo que los expertos llaman “Visión de túnel”. La sobrecarga de dolor emocional nubla nuestra razón y nos ciega haciéndonos ver solo la parte negativa de la situación.
Pero te digo una cosa, ese dolor no es infinito y, aunque ahora no te lo parezca, la muerte no es la única salida, más bien al contrario. Lo único seguro cuando alguien se quita la vida es la multiplicación del dolor por todas las personas de su entorno, que se pasarán mucho tiempo, a veces toda la vida, con preguntas sin responder sobre las causas de esa pérdida o con sentimientos de culpabilidad por no haberlo podido ayudar a tiempo.
No te marches, aquí tienes mi mano para acogerte, aunque sea virtual, pero hay personas en tu entorno que, cuando escuchen tus pensamientos, te arroparán, te ayudaran y, si crees que no tienes nadie, hay una legión de profesionales sanitarios que te ayudarán, muchas asociaciones que hacen una inmensa labor atendiendo a personas que están en una situación como la tuya.
Pero no tires la toalla, tienes mucha vida en tus venas y, aunque ahora no te lo creas, si sigues estos consejos y los de las personas o profesionales de tu entorno, llegará el día en el que verás la luz de nuevo, verás que desaparecerá el dolor y serás mejor persona que antes de la crisis.
Porque quien ha sufrido es más humano que quien nunca lo ha hecho, y quien ha deseado morir, y lo ha superado, aprecia la vida más que nadie.
Juanjo F.D. / @Juanjo_F_D