EL CRACK
Capital de provincia interior envejecida. Sala de cine de las que aún mantienen heroicamente las taquillas abiertas. 22:30 horas. Pase nocturno de estreno de “El crack cero”. Ocho personas en el patio de butacas. Exactamente, ocho. Edad media de los espectadores: 50 años. Está fresco en el interior. Comienza la película.
Germán Areta, el Piojo, es uno de esos detectives privados y suspicaces que, después de haber trabajado como poli en la década de los 70, no se fía de las apariencias a primera vista…, ni del vecinito amable. “Ama a tu vecino, pero no quites la cerca del jardín”, vendría a ser uno de los códigos del exmadero de la secreta.
Areta es el protagonista de “El crack cero”, la última película de José Luis Garci (Oscar en 1983). Un film policíaco-melancólico con una excelente fotografía en blanco y negro donde se palpa la textura y los diálogos noir.
Tercera entrega de “El crack”, precuela de las otras dos cintas rodadas por Alfredo Landa hace casi cuarenta años, muestra el Madrid convulso de la Transición bajo la cobertura de una trama de thriller ibérico resuelto con un guion concienzudo y el papel estelar de Carlos Santos.
Magnífica película con dos goteras: metraje largo (120 minutos) y ritmo lento en algunas escenas. Pese a ello, si les gusta el cine policíaco clásico, no dejen de ir a verla. Les dejará buen sabor de boca.
Por Odracir Zagam, para h50 Digital Policial