El viaje de vuelta comenzó esta tarde. Los 17 policías nacionales en 9 furgonetas vuelven cansados y con la ilusión. Han dejado la ayuda humanitaria y regresan con 22 personas, todas ellas mujeres y niños.
La odisea comienza su parte final. Víctor relata para h50, muy emocionado la experiencia.
“Una vez descargada la ayuda humanitaria, nos hemos dirigido a la frontera. Allí hemos tenido todos los problemas que te puedes imaginar. Tres de los refugiados los hemos recogido en un centro. Lloraban, aquí las emociones están a flor de piel…. Es muy duro.
El resto de personas, hasta un total de 22, los hemos recogido recién cruzada la frontera. Pocas personas hablan inglés, es muy complicado.
Cuando cierro los ojos me dan ganas de llorar, me viene a la cabeza muchas emociones y escenas… esas miradas.
La verdad es que como policía aprecio que existen muchos controles. Se piden datos de conductores y las personas a las que llevas. Llevamos un listado de España, de la asociación por la infancia. Hay que enseñarles la documentación.
No se pueden hacer fotos en los centros de refugiados y me parece muy bien. Tenemos ganas de sacar toda la gente que podamos.
Ellos vienes asustados, no saben lo que se van a encontrar… es tremendo, hasta donde puede llegar el ser humano. Lo están pasando mal. Toda ayuda es poca.”