En casi dos meses de confinamiento por el estado de alarma han sido varios los productos estrella más demandados y casi imposibles de conseguir.
Los primeros días el objetivo principal fue el gel hidroalcohólico, mascarillas y guantes de vinilo, nitrilo o látex.
Los más afortunados consiguieron comprarlos, más adelante fue misión imposible, pues estaban agotados en todos los establecimientos, bien por desabastecimiento o porque habían sido intervenidos en los almacenes a disposición de las Autoridades Sanitarias.
Según avanzaban los días, ante la sobra de tiempo libre y el no querer salir a diario para tener pan, el objetivo fue la levadura.
Tal fue la demanda de levadura en todas sus modalidades, que al igual que pasó con las mascarillas y gel, se notificaba por grupos de WhatsApp donde conseguir tan preciado ingrediente. Algunos supermercados como el Mercadona, tuvo que limitar la venta de dos artículos por persona para determinados productos, como la levadura fresca, para que no comprara todo el primero en entrar.
El tiempo pasaba y comenzaban los memes y chistes de como estaríamos de gordos para el verano, debido a la inactividad y al exceso de comida, y esto dio paso a la nueva demanda.
Artículos de deporte.
Pesas, gomas elásticas, bicicletas estáticas, rodillos para hacer bicicleta en casa, etc. Cualquier objeto con el que mantenernos en forma era el principal objetivo.
Ante la falta de tiendas de deportes abiertas y el desabastecimiento por compra online, comenzó a proliferar la venta de este tipo de artículos de segunda mano.
Pesas, gomas elásticas, bicicletas estáticas o rodillos para hacer bicicleta en casa.
Venta entre particulares a través de aplicaciones como Wallapop, con el consiguiente riesgo de ser identificado y propuesto para sanción durante el trayecto al lugar de la compra.
Ahora que está permitido realizar deporte en la vía pública durante unas horas al día, seguramente el producto más solicitado sea otro.
Con la llegada del calor y la posibilidad de salir a la calle, llega el cambio de armario con las tiendas aún cerradas y nos damos cuenta de que los niños han crecido y no tienen ropa de verano. Que los que consiguieron levadura, pero no artículos de deporte necesitan alguna talla más, y, por el contrario, los que consiguieron artículos de deporte, pero no levadura, alguna talla menos.
Del papel higiénico mejor no hablamos.