Para que luego digan que el uso del chaleco antibalas no es un elemento de seguridad imprescindible. Y si no que se lo digan al policía nacional destinado en la Comisaría del Puerto del Rosario, en Fuertenventura, cuyo chaleco absorbió un ataque con un destornillador, sin que el agente resultara herido.
Los hechos se produjeron el pasado 25 de febrero, en las calles de la capital majorera. Sobre las 22 horas, un vecino alerta a la Policía Nacional que un individuo se encontraba forzando la cerradura de una furgoneta estacionada en la vía pública.
Rápidamente, una patrulla de la Policía Nacional se desplaza al lugar, observando a un hombre en actitud sospechosa, que huye a toda velocidad tras percatarse de la presencia policial.
El presunto delincuente sería interceptado poco después por uno de los agentes, al que, sin mediar palabra, le clavaría un destornillador en el abdomen. Afortunadamente, el impacto fue absorbido por el chaleco antibalas que portaba el agente, y el agente no sufrió lesión alguna.
El agresor de 38 de edad y nacionalidad española, fue detenido acusado de un presunto delito contra agente de la autoridad con empleo de un objeto peligroso. Los policías incautaron unos alicates, una espátula, guantes y el propio destornillador, efectos que presumiblemente empleaba para llevar a cabo robos en interior de vehículos.
Nos encontramos ante prueba fehaciente de la necesidad inexcusable de suministrar a todos nuestros policías y guardias civiles de un chaleco de protección individual. A estas alturas, parece inexplicable que aún existan miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad sin ser dotados de dicho elemento de protección que salva vidas.
Un policía, un chaleco.
Jolin, menos mal .Uffff!!!
A mí me da vergüenza de que los políticos tengan que ser protegidos por las fuerzas de seguridad y a los miembros de las policía Nacional y Guardia Civil no se les dota de los chalecos correspondientes es de pura vergüenza