El Pleno del Congreso ha aprobado este jueves, con la única abstención de los diputados de Vox y ningún voto en contra, una reforma del Código Penal para castigar el antigitanismo, un delito de odio que podrá conllevar penas de cárcel de entre uno y cuatro años.
El antigitanismo será una circunstancia agravante y se castigará con pena de prisión de uno a cuatro años a quienes promuevan o inciten al odio o a la discriminación por motivos “antigitanos” y a quienes distribuyan o posean material que fomente ese odio.
La pena será de seis meses a dos años de cárcel si se lesiona la dignidad de la persona con acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito o que enaltezcan o justifiquen delitos cometidos contra los gitanos.
Una reforma que se ha aprovechado también para incluir entre los delitos de odio la aporofobia, la fobia a las personas pobres, que ya era considerado una circunstancia agravante y se castigaba como elemento discriminatorio.