El trágico suceso ocurrió el 7 de diciembre de 2014. Un ciudadano conducía un turismo con otros tres ocupantes sin permiso de conducir.
Había perdido la totalidad de los puntos y, en esta ocasión, se encontraba bajo los incapacitantes efectos del alcohol. Al llegar a un operativo de control de alcoholemia y ser requerido por uno de los integrantes de dicho control, aceleró bruscamente de forma súbita e inesperada. Ante el riesgo de ser atropellados, los Guardias Civiles tuvieron que apartarse mientras que el conductor emprendía una huida a gran velocidad, saltándose los semáforos en fase roja.
Dos compañeros realizaron el seguimiento en un vehículo policial hasta que le alcanzaron, pero a la hora de la detención el hombre se resistió enérgica y violentamente. En el forcejeo, agredió a uno de los Guardias Civiles, causándole una luxación en el hombro derecho con necesidad de desplazamiento en ambulancia hasta el hospital más cercano.
Como consecuencia de los golpes, se le comunicó que presentaba la “abolición total de la movilidad del hombro derecho”. Esto ha ocasionado al agente un calvario de dolores e intentos de recuperación en vano; declarándose la inutilidad del mismo brazo junto a la total incapacidad laboral. El Guardia Civil ha tenido que pasar a jubilación forzosa.
El autor de la lesión invalidante ha recibido su condena en firme. La sentencia del Juzgado de lo Penal número 6 de Sevilla ha fallado que deberá asumir las consecuencias por cuatro delitos: Por el de conducción etílica tendrá que abonar una cuota diaria durante 6 meses, por el delito de conducción temeraria cumplirá una pena de prisión de 6 meses, por el de resistencia 5 meses más de prisión y por el de lesiones otros 6 meses de cárcel.
Además, ha quedado inhabilitado de ejercer el derecho a sufragio pasivo durante el tiempo de condena y no podrá conducir vehículos de motor ni ciclomotores durante un año y un día. El Tribunal no aceptó unas penas mayores.
En el lado económico, el individuo tendrá que asumir las costas del procedimiento e indemnizar al compañero con 218.557,02 euros por la lesión incapacitante. La cuantía base por la lesión era de 68.557,02 euros, pero el letrado de AUGC Sevilla, José Luis Ganfornina Falcon, solicitó un aumento de 150.000 euros por la gravedad, que el Juzgado estimó.
Este éxito judicial ha trascendido a nuestros afiliados y al resto de Guardias Civiles de Sevilla y otras provincias. Queremos indicar que dos socios de la “nueva asociación representativa” han elegido a Ganfornina, el abogado de AUGC, para que se ocupe de una demanda. Disponen de libertad de elección en su póliza, pero su asociación les impone la condición de que no trascienda que llevará el caso nuestro abogado. Desde allí están más preocupados de la publicidad negativa que pudiera conllevarles que de acompañar y ganar a los compañeros en las demandas y consecución de sus derechos.
Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles destacamos el valor de los servicios jurídicos, que son un referente. La destacable labor de la Delegación de Sevilla recae en el tándem que conforma nuestro asesor jurídico-administrativo, D. Antonio García Pizarro, y nuestro letrado, D. José Luis Ganfornina. Juntos están llevando el éxito de los servicios jurídicos a cotas muy elevadas y difíciles de superar, reclamando las cantidades justas de acuerdo a los daños causados en acto de servicio. La defensa de los Guardias Civiles de AUGC está garantizada, y no sólo ante este tipo de reclamaciones, sino con todas las que tengan relación con la vida profesional.