Este miércoles, 21 de febrero, se han congregado en la capital española alrededor de 4.000 agricultores con la firme intención de expresar su desacuerdo y enfado por la situación actual. El campo está sufriendo más que nunca y de él depende el país, en gran parte. El Estado ha desplegado a la Unidad de Intervención Policial para evitar altercados durante la manifestación que concluyó con dos detenidos y diez heridos, entre ellos, cinco policías.
Los tractores, que han llegado por la calle O’Donnell, se han hecho rápidamente con las calles aledañas al centro, llegando a gran velocidad a la Puerta de Alcalá. En la famosa plaza madrileña, el sector primario reunió a cientos de personas que se manifestaron por una situación límite. No fueron pocos los carteles y pancartas que criticaban a la Agenda 2030, a la que apuntan como raíz del problema.
Recordamos, brevemente, que en Berlín (Alemania) también los tractores ocuparon vías principales al igual que en otras ciudades europeas, como es el caso de las francesas. Sin duda, está siendo una movilización masiva y no parece perder fuerza, de hecho, cada vez hay más adeptos a la causa y réplica por parte de la población.
Así pues, durante la mañana no ocurrieron grandes altercados salvando las breves cargas en la calle Alcalá dirección Cibeles, donde los antidisturbios tuvieron que cargar dada la intención de los agricultores de llegar a la plaza que tantas celebraciones futboleras ha vivido, para acercarse, así, al Congreso de los Diputados. En ese momento, la UIP procedió a emplear la fuerza estrictamente necesaria en situaciones de desorden público para disolver a unos pocos manifestantes que adoptaron una actitud violenta. Los servicios sanitarios estuvieron en todo momento estratégicamente situados para apoyar ante cualquier imprevisto.
Este hecho duró poco, cediéndole de nuevo el protagonismo a la marcha que ya se dirigía, a través de la calle Alfonso XII, hacia el Ministerio de Agricultura. Así pues, la movilización continuó su curso natural sin mayores altercados. Numerosos manifestantes del sector agrario mostraban su descontento entre pitos, carteles y gritos contra el Gobierno.
Un hecho llamativo, del que pudo ser partícipe este medio, fue ver a dos bovinos en plena carretera tirando de un carro al uso. Sin duda, imágenes únicas y, probablemente, irrepetibles. Así pues, a parte de los petardos que detonaron algunos participantes, la movilización fue pacífica y sentida, “Hambre o agricultura”, rezaba una de las pancartas sujetas a los numerosos tractores.
Cerca del final, volvieron las escenas de tensión. Un numeroso grupo de agricultores, tras otras cargas para impedir la llegada de los vehículos al Ministerio de Agricultura, empujó y obligó, por la fuerza, a unos pocos efectivos a moverse y así lograr el paso con los tractores.
Finalmente, lograron llegar frente al edificio gubernamental escoltados por una inmensa marea de gente. Allí estuvieron hasta que, poco a poco, se fueron marchando los vehículos.