Aixe Sela Almeida*
Nos encontramos ante un problema social grave, en los últimos dos meses se han incrementando no solo las muertes a manos de una pareja o expareja, sino que se han cuadriplicado las denuncias, y aquí debemos hacer un especial énfasis para intentar abordar el problema.
Estudiar con herramientas que nos da la Criminología es una grandísima base para tratar la Violencia de Género, cuya situación merece un tratamiento y análisis sobre el contexto que se produce, donde integramos a los autores y a las víctimas en un mismo círculo en cual estamos advirtiendo de la problemática actual y sintonizar acerca de los factores sociales y de riesgo que nos estamos encontrando en la sociedad.
Actualmente, recurriré 100% al uso de la Criminología, con la metodología, fines y objetivos que posibilita la recoconceptualización de la violencia de género, tenemos las herramientas adecuadas para estudiar la misma raíz de este fenómeno que se ha disparado sin posibilidad de pararlo con las herramientas que utilizan actualmente en los programas de Violencia de Género existentes y supuestamente en vigor, no son hechos aislados, son hechos que siguen creciendo y no tienen intención de parar.
Nos preocupa tanto el autor de los hechos como las circunstancias que lo han rodeado. Debemos trabajar con la preocupación del sistema actual y que nos responda la acción necesaria de la responsabilidad que está llevando a muchas mujeres a vivir con el miedo infundado por su agresor, porque se sienten desprotegidas por la supuesta protección inexistente.
¿Por qué? Muy sencillo, no existen los medios suficientes para responder ante todas las víctimas y no existe una prioridad de actuación ante un condenado a prisión, que elude a la justicia; sin ir más lejos, debemos volver a citar a Carlos Navarro “el yoyas”, que sigue en paradero desconocido eludiendo a la justicia y negándose a cumplir la condena de más de cinco años de prisión, porque se considera una víctima del sistema.
Por lo tanto, si un individuo que es conocido por su paso televisivo, se permite el lujo de actuar libremente y reírse del sistema actual, un agresor desconocido, que sabe que será más fácil pasar desapercibido, cuenta con la falta de protección de la propia víctima y además la posibilidad de eludir la justicia en el momento que dicten una sentencia condenatoria.
¿Cuál es el objetivo que persigue la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género?
Según establece la ley, se trata de tomar las medidas de protección integral con la finalidad de prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia y prestar asistencia a las mujeres, a sus hijos, y en su totalidad que sean víctimas de esta violencia.
¿Cuales son los derechos para las víctimas ?
Según indica igualdad, tienen derecho a la asistencia social integral en la que se incluye servicios sociales de atención, de emergencia, de apoyo, de acogida y de una recuperación de la víctima integral, donde deberán responder a los principios de atención “PERMA- NENTE”, actuación urgente y especializada…
¿Qué nos indica en el propio preámbulo de la propia Ley 1/2021, de 24 marzo, de medidas urgentes en materia de protección y asistencia a las víctimas de violencia de género?
“Las mujeres víctimas de violencia de género son un colectivo especialmente vulnerable en situaciones de aislamiento domiciliario, por verse forzadas a convivir con su agresor, situándolas en una situación de mayor riesgo, como se ha ido demostrando…”
Y en su artículo 2 donde se debe indicar el funcionamiento de información y asesoramiento jurídico 24 horas y asistencia social a las víctimas, debo indicar que quienes proporcionan dicha información, desgraciadamente carecen en muchos casos de la formación necesaria para poder tratar a una víctima de violencia machista, pues debemos recordar que la víctima acude a pedir ayuda y esta, se encuentra en un estado de vulnerabilidad psicológica, y lamentablemente los servicios médicos y las fuerzas del estado se ven sumergidos ante una situación muy difícil de afrontar reflejando la falta de adaptación y en muchos casos la frialdad del suceso. No es culpa de ellos, es culpa de la falta de formación que tienen a la hora de poder actuar de forma cercana junto a la víctima que se encuentra sola intentando afrontar la nueva situación e intentando alejarse de su agresor solicitando la ayuda necesaria.
Pero, vamos a destacar el momento en el que un agresor no ha podido acabar con la vida de su víctima y este se encuentra en libertad provisional con cargos para así demostrar su inocencia o en el caso contrario, la acusación, poder demostrar la culpabilidad del agresor. Es un derecho constitucional la presunción de inocencia, no se quitará este aspecto, pero en casos tan claros y que en los juicios se demuestran con pruebas fehacientes que los agresores están siendo incluso en su propio juicio un tanto agresivos verbalmente, debe establecerse una vez existe una condena y sentencia firme, no un ingreso voluntario, sino, un ingreso tras el propio juicio emitido in situ.
Actualmente tratamos con todos los avances que se han ido logrando en los últimos años, pero seguimos tratando con la baja comprensión social de la definición de “violencia de género”, ¿por qué? Porque, lamentablemente se sumerge en juicios, prejuicios, valoraciones y suposiciones donde se generalizan sin razón suficiente donde se justifica y donde se crea más el odio que la atención que ello requiere. Como consecuencia, suponen obstáculos para la comprensión hacia la víctima y un factor de riesgo a la tolerancia y mantenimiento para trabajar ante una prevención y así una posible erradicación.
No se puede fomentar una adecuada prevención si no hay comprensión de la situación, debemos atender ambos puntos, con el origen, contenido y las consecuencias para ambas partes.
Es una tarea esencial para poder afrontar un debate y una reflexión las circunstancias que vemos a diario y nos están llevando a valorar si tratamos con este fenómeno, donde no solo se dan entre hombre y mujer, sino también en parejas del mismo sexo, por ejemplo.
La violencia de género, si no tratamos todos los factores de riesgo, donde afecta a mujeres, hijos, hombres y adolescentes; y no se aceptan a profesionales de la materia como podemos ser los Criminólogos, siendo enormemente necesarios para un estudio, valoración, trabajo y tratamientos adecuados, seguirá creciendo lamentablemente el índice de criminalidad.
Por lo tanto, la realidad sociológica además de ser traumática en la convivencia, penal en las conductas y diversa, no permite una definición fácil porque concurren tanto los factores sociales, políticos, económicos e históricos, en la que no ayudan a elaborar una evolución y trabajo educativo para explicar y tratar de valorar a las personas, así que, menos reuniones y más soluciones.