Como se suele decir, cada uno es de su padre y de su madre, y en la policía no iba a ser menos. ¿Cuántos tipos conoces o con cual te identificas?
Cada uno tiene unas particularidades que lo definen y que lo hacen único, si bien se pueden reagrupar por elementos comunes, pudiendo destacar los siguientes.
El pepinillo: Todos pasan por este grupo. Son los recién jurados o los que llevan poco tiempo en el cuerpo.
El de prácticas: Son el paso previo al pepinillo. Son siempre bienvenidos en las plantillas. Son usados para aliviar la carga de trabajo en muchos grupos o para duplicar el número de coches en la calle.
El lanzado: Suele solaparse con la fase de pepinillo. Por norma general los nuevos jurados, llegan con ganas de comerse el mundo. Quieren ir a todas las llamadas y meterse en todas las intervenciones. La finalización de esta fase suele coincidir con la apertura de algún expediente por alguna intervención, con alguna citación judicial como imputado o lo más frecuente, con el tiempo.
El sin sangre: No hay muchos, pero todos conocen a alguno. Es un tipo de policía que al contrario que el lanzado, no suele buscar las intervenciones. Va a las que se le comisiona, sin prisa, pero sin pausa. Intenta resolver todo con presencia y no le importa que su binomio o compañero lleve siempre la voz cantante en la intervención.
El sindicalista: Suele haber uno por turno, aunque a veces se solapan de diferentes sindicatos. En su carpeta nunca faltarán hojas de afiliación, ni un bolígrafo y libreta con las siglas de su sindicato. Tiene un amplio conocimiento de la normativa interna. Si quieres saber cuántos días te corresponden por operación, es la persona indicada para preguntar.
El mazas: Aquí se encuadran todos aquellos que dedican más tiempo al gimnasio que a la siesta. Hace tiempo había uno o dos por comisaría. Hoy en día con la generación del arroz con pollo lo raro es ver a alguien con tripa.
El futuro oficial: Es aquel grupo donde encasillar a todos aquellos policías que son un código penal andante. Saben decir que artículo del Código Penal corresponde a cada delito, con un 0,1 % de probabilidad de fallo.
El sangre azul: Son todos aquellos inspectores que no han sido nunca policías. Es decir, que entraron en el cuerpo directamente como Escala Ejecutiva. El sangre azul suele ser elitista y tiene menos empatía hacia sus subordinados.
El veterano: Hoy día, el veterano es cualquiera que lleve más de cinco años en el turno. Está de vueltas de todo, y todo le ha pasado o lo sabe. Es como un caimán mucho más joven.
El jefe: Aquí existen dos versiones:
El jefe: Son de Escala Ejecutiva o Escala Superior. Son expertos en decir lo que hay que hacer, aunque algunos no sepan cómo hacerlo. Son fácilmente reconocibles por las medallas que cuelgan de su uniforme.
El líder: A diferencia del jefe no trata de imponerse tirando de galones, sino de convencer con argumentos. Está totalmente integrado en el grupo.
El que se cree jefe: Son de escala básica y aunque no son jefes, han nacido para mandar y ordenar. Están deseando que lleguen los de prácticas para ejercer de jefe.
El informático: Es el que sabe todo sobre ordenadores. No necesita llamar a informática para casi nada.
El funcionario: Es todo aquel que, sin llegar a ser un veterano o caimán, su sueño es pasar su carrera profesional en alguna secretaria, en archivo o informes.
El jeta: En todos los sitios hay algún jeta. El que trata de escaquearse de todo el trabajo. En un grupo si hay algún traspaso sale corriendo, en la ODAC cuando ve algún marrón siempre le llaman por teléfono, en el zeta nunca contesta a la llamada de última hora para no salir tarde….
El radical: No se anda por las ramas. Va siempre a la raíz del problema. Para él no deberían existir segundas oportunidades.
El marronero: Nadie quiere ir con él, porque es capaz de complicarte la vida en cuestión de segundos. Es capaz de calentar una intervención que se podía solucionar con presencia. Es temido por los de prácticas y querido por los jefes.
El quemado: Esta harto de todo y necesita un cambio de puesto, para intentar cambiar de clase, aunque algunos están tan quemados que ni un cambio de puesto puede hacerle salir de esta fase.
El caimán: Es el policía por excelencia. Es el paso final de la carrera de policía. Una persona que ha dedicado toda su vida a la Policía y que por ello merece el respeto de todos los demás grupos. Todo lo que suelta por la boca es sabiduría popular, como puede verse comprobarse aquí: frases de caimanes.
Hola a Tod@s. Yo me identifico con el C. N. P y dentro de la unidad U. P. R Y SERIA el sin sangre o el informático, son los cuales me identifico aunque por pro lemas clínicos no pude acceder al cuerpo, siendo solo una ex opositora al Cuerpo SIEMPRE FIEL