El día 21 de mayo se celebra el día de la seguridad privada, con el fin de reconocer la gran labor que desarrollan estos profesionales día tras día
Se suele decir que a quien juzgue mi camino le presto mis botas y el trabajo de vigilante de seguridad es uno de los más juzgados
A todos aquellos que siempre que piensan en un vigilante como a una persona que no sirve para otra cosa, a un policía frustrado, o a una persona violenta, decirles que se confunden. Bastaría con que se pusieran un solo día el uniforme de vigilante para que vieran que sus ideas distan mucho de la realidad.
Ponerse en una puerta de un establecimiento durante doce horas, o en el mejor de los casos un servicio donde puedes moverte y andar, como en una estación de autobuses, (si no estás en un punto fijo) destroza literalmente las rodillas y carga la espalda.
Y no solo es el cansancio físico lo que pesa en esos turnos interminables, el cansancio mental de ver como no pasa el tiempo es aún si cabe peor.
Puestos de trabajo donde en la mayoría de los casos estás solo sin posibilidad de ningún apoyo en caso de que la situación lo requiera.
Ahora bien, no sólo es plantarte con el uniforme en un sitio y pasar el rato
Debes estar atento a la gente que intenta hurtar o robar en el caso de un establecimiento. De las posibles personas conflictivas y de que no se produzcan acciones incívicas o actos vandálicos.
Para ello cuentas con una defensa que no debes usar, porque te convertirías en un violento de esos que comentaba al principio. Y no sólo eso, sino que serás el objetivo de 20 móviles que procurarán grabar todo lo que hagas para conseguir unos likes en las redes sociales. Móviles que sujetan personas que no te ayudarán, porque prefieren grabar y gritarte a hacerlo.
Y si llegaras a tener un enfrentamiento con alguna persona, como los cientos que se pueden ver por internet, piensa que no tienes consideración de agente de la Autoridad y que en caso de que vayas a juicio no se juzgará a esa persona por atentado a agente de la Autoridad, sino por las lesiones que te haya podido causar, pudiendo quedar en un delito leve (antigua falta). Sale muy barato una agresión.
Ahora que sabes que el vigilante está desprotegido jurídicamente, que la mayor parte de la sociedad no te va a ayudar cuando tengas una intervención, más bien todo lo contrario y que los turnos interminables y la rutina, es el peor enemigo del vigilante para desarrollar su trabajo, ¿sigues pensando lo mismo de los vigilantes?
Todos deberíamos ponernos las botas de otra persona antes de criticar su trabajo.