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Vertiginosa persecución la vivida en la madrugada de ayer en la provincia de Málaga, entre un conductor kamikaze y numerosos radiopatrullas de la Policía Nacional y Policía Local. Disparos, nueve policías han resultado heridos leves y hasta siete vehículos policiales dañados, dos de ellos inservibles, según informa el rotativo local DiarioSur.
Los hechos comenzaron en la plaza Solymar, en Benalmádena. Un conductor, a bordo de un Reanult Megane de color rojo se había dado a la fuga, siendo perseguido por un vehículo de la Policía Local. Al poco tiempo se sumaría una dotación de Policía Nacional y así paulatinamente todas las unidades disponibles de ambos Cuerpos.
El delincuente, en su huida, no mostró ningún tipo de reparo en saltarse semáforos en fase roja, subirse por las aceras o embestir cualquier vehículo que se interpusiera en su camino. La persecución se volvió realmente peligrosa dado el absoluto desprecio por la vida de los demás mostrada por el conductor a la fuga.
Se trata de situaciones muy delicadas para los agentes garantes de velar por la seguridad vial, a la misma vez que deben abortar la fuga de un vehículo totalmente fuera de control, una auténtica arma con motor en manos de un insensato.
Uno de los momentos más peligrosos tuvo lugar a la altura del casino de Torrequebrada, al circular a gran velocidad en dirección contraria, debiendo el resto de vehículos apartarse para evitar un inminente choque frontal.
Los policías, perfectamente coordinados a través de sus emisoras, trataron de cortarle el paso en varios puntos de Benalmádena y Fuengirola, interponiendo sus vehículos a modo de barricada. Se llegó incluso a realizar un disparo intimidatorio al aire, con escaso éxito. El desbocado Megane proseguiría con su suicida huida hacia Mijas por la A-7, dejando varios agentes heridos.
Una vez allí, intentó acceder al cuartel de la Guardia Civil de Mijas. De nuevo, dos unidades policiales le cortaron el paso, bloqueando el coche por ambos lados. Los agentes volvieron abrir fuego con disparos al aire y a las ruedas. Nuevamente conseguiría librarse de sus perseguidores por medio de sucesivas embestidas.
Sin embargo, su alocada huida llegaría a su fin al empotrar su automóvil contra una farola del municipio. Antes de ser detenido, trataría de sustraer un taxi en marcha, siendo impedido por los dos Zetas de la Policía Nacional, tras oponer una fuerte resistencia. Finalizó así un caos circulatorio sin precedentes en la Costa de Sol, afortunadamente sin pérdidas humanas.
Antecedentes similares
Se da la circunstancia de que el mismo individuo fue arrestado ya el pasado 31 de enero por empotrar el coche que conducía contra la entrada de la Comisaría Provincial de Málaga. Causó daños en el mobiliario del hall, desplazando las mamparas del mostrador e incluso el arco del control de seguridad.
En aquella ocasión, se estrelló deliberadamente, según la investigación policial, contra la fachada de la comisaría a las 4 de la madrugada, tras invadir la zona peatonal de la plaza Manuel Azaña. Al parecer, había comunicado media hora antes al 112 su intención de quitarse la vida según informa DiarioSur.