La Policía Nacional han detenido en Valencia a tres mujeres de origen búlgaro, de entre 21 y 35 años, de origen búlgaro, una de ellas como presunta autora de un delito de quebrantamiento de medida cautelar, y las otras dos, por cinco delitos de hurto y estafa, cometidos a personas de avanzada edad.
Una de estas mujeres, que cuenta con más de una veintena de antecedentes policiales, es detenida al encontrarse la sospechosa cerca de dos cajeros automáticos, a pesar de tener en vigor una prohibición, decretada por un juzgado de Valencia, de aproximarse a menos de siete metros de éstos o de cualquier entidad bancaria de la ciudad.
Dos agentes de paisano de la Policía Nacional, y en el marco de un plan de prevención de hurtos, habrían localizado a esta mujer cerca de un cajero automático en la calle don Juan de Austria de Valencia, aproximándose posteriormente a otro cajero bancario en la calle Pascual y Genís.
Los policías siguieron a la sospechosa, comprobando que ésta entraba en comercios de la zona y mantenía una actitud vigilante sobre los clientes, observando las pertenencias de éstos.
Un empleado de una de las tiendas reconoció a la mujer como la presunta autora de varios hurtos cometidos días atrás en ese mismo comercio, por lo que alertó a la Sala 091, tratándose de la misma que en ese momento estaba siendo vigilada por los agentes de paisano.
Por todo ello, los policías la identificaron, comprobando que tenía en vigor una prohibición de aproximarse a menos de siete metros de cualquier cajero o entidad bancaria de la ciudad, decretada por un Juzgado de Valencia, por lo que fue detenida como presunta autora de un delito de quebrantamiento de medida cautelar, al haberse aproximado a dos cajeros automáticos.
Las otras dos mujeres detenidas como presuntas autoras de cinco delitos de hurto y estafa, habrían utilizado las tarjetas o cartillas bancarias que habían sustraído a personas mayores para retirar dinero de cajeros.
Las detenciones se produjeron tras las investigaciones realizadas por los agentes, esclareciendo así cinco hechos en los que mujeres de avanzada edad habían sido víctimas de un hurto por una o dos mujeres jóvenes que posteriormente habían utilizado las tarjetas o cartillas bancarias sustraídas para retirar efectivo de los cajeros.
Entre los cinco casos, habían obtenido 920 euros en efectivo y más 4600 euros en retiradas en cajeros automáticos, además de los objetos personales que las víctimas llevaban en sus bolsos.
Las sospechosas localizaban a sus víctimas, mujeres de entre 71 y 85 años, en entidades bancarias y tras seguirlas, les sustraían al descuido.