En una operación contra la explotación laboral, agentes de la Policía Nacional han desmantelado en Málaga un taller clandestino de costura en el que explotaban a una docena de trabajadores de nacionalidad china en condiciones infrahumanas.
Los empleados residían hacinados en el lugar de trabajo, tratándose de una superficie que no reunía las mínimas garantías de seguridad e higiene y sin respetar las normas sanitarias de la COVID-19. Fruto de la operación, en la que se ha contado con la colaboración de la Inspección de trabajo y la Policía Local de Málaga, han sido detenidas tres personas, compatriotas de las víctimas, por su presunta implicación en la trama y se han intervenido 100.000 euros.
Jornadas maratonianas de trabajo sin descanso
A raíz de una información anónima sobre un taller clandestino de costura, que la Policía Local de Málaga hizo llegar a la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales de la Comisaría de Málaga, se inició una investigación por presuntos delitos de explotación laboral y contra los derechos de los trabajadores y los ciudadanos extranjeros.
Tras las pesquisas realizadas, los agentes acreditaron la existencia de un taller de costura en los bajos de una vivienda en la que ciudadanos chinos realizaban jornadas maratonianas de trabajo, sin descansar ningún día de la semana. El taller, que carecía de las mínimas condiciones laborales de salubridad y sin respetar las preceptivas normas sanitarias de la COVID-19, también era el lugar donde residían hacinados los empleados.
Para dar apariencia de legalidad, en un lugar cercano al principal objetivo de la investigación, la red contaba con un taller de costura con todos sus permisos y requisitos legales, con trabajadores dados de alta en la Seguridad Social. Muy cerca al anterior se hallaba el centro encubierto, que permitía incrementar el volumen de producción rebajando costes al mínimo sin cumplir con la normativa laboral y de extranjería.
Tres personas detenidas
La investigación culminó con dos entradas y registros autorizadas por el Juzgado de Instrucción número 5 de Málaga, conocedor de la causa, y la detención de tres ciudadanos chinos -dos hombres y una mujer de entre 43 y 52 años- por su presunta responsabilidad en la trama.
Los detenidos contaban con numerosos antecedentes por delitos contra los derechos de los trabajadores, interviniéndose diversa documentación y comprobándose la existencia de más de 100.000 euros en efectivo y en cuentas bancarias a su nombre.