La Policía Regional Alemana de Berlín (Landeskriminalamt Berlin) y la Unidad THB de la Oficina Nacional de Investigación de Hungría (Nemzeti Nyomozó Iroda Emberkereskedelem Elleni Osztály), con el apoyo de Europol, han desmantelado una red criminal involucrada en la trata de personas con fines de explotación sexual. La investigación resultó en un día de acción simultánea en Berlín y Budapest el 21 de septiembre de 2022.
La investigación descubrió que la red criminal estaba dirigida por una pareja húngara (un hombre y una mujer). Fueron arrestados en Berlín sobre la base de una orden de detención europea emitida por Hungría. Durante el día de acción, los agentes entrevistaron a una víctima de la trata de personas en Berlín ya dos posibles víctimas en Budapest.
El día de acción condujo a:
2 búsquedas de casas en Alemania
3 arrestos (2 en Alemania y uno en Hungría);
2 testigos entrevistados;
Las incautaciones incluyeron un vehículo y equipo electrónico.
Activa desde 2017, la red criminal reclutó a jóvenes húngaras y las explotó. Los sospechosos reclutaron a las mujeres de entornos sociales y económicos vulnerables para la prostitución en ciertas áreas de Berlín. Los sospechosos estaban ofreciendo a sus víctimas un ‘trato comercial’ que, según ellos, incluía alojamiento, protección y asistencia con la documentación oficial a su llegada a cambio del 50 % de los ingresos de las niñas. Sin embargo, las niñas se vieron obligadas a entregar todos sus ingresos a la red criminal. Los sospechosos transportaron a las víctimas de Hungría a Alemania y las alojaron en pisos alquilados por la red criminal. Una vez allí, los sospechosos impusieron a las víctimas un código de conducta, medios de comunicación y condiciones de trabajo específicos, y dictaron el precio y la ubicación de la prostitución.
La red criminal impuso un ingreso diario mínimo a las víctimas. Debían permanecer en la calle hasta ganar entre 150 y 300 euros. Los socios criminales que querían manejar a sus propias niñas en las calles controladas por el principal sospechoso, debían pagarle 150 euros diarios por víctima explotada en la zona. Generalmente, los sospechosos se quedaban con todos los ingresos generados por las víctimas, quienes sufrían severos abusos mentales y físicos cuando no lograban ganar la cantidad diaria requerida, o cuando no seguían el código de conducta impuesto por la red criminal. La investigación ha identificado a 25 víctimas hasta el momento. Una de ellas sufrió severos abusos y fue encerrada en una habitación donde fue obligada a ejercer la prostitución. En un intento de escapar, saltó por la ventana y sus heridas la llevaron a nueve meses de tratamiento hospitalario.
Europol coordinó las actividades operativas, facilitó el intercambio de información y proporcionó apoyo analítico y financiero. Europol desplegó un experto en Berlín y otro en Budapest para cotejar la información operativa en tiempo real y apoyar a los investigadores sobre el terreno con conocimientos técnicos.