A una semana de la final de la prestigiosa UEFA Champions League, en lo que fue sin duda uno de los eventos más significativos del año para el mundo del deporte, y también un hito trascendente en lo social y comercial (incluido para las casas de apuestas como 1xbet), aún persisten muchas dudas sobre los desmanes ocurridos antes y durante el partido, que mancharon lo que debió ser una gran fiesta.
Quienes sintonizaron el partido se habrán encontrado, con sorpresa, que el partido no comenzó a la hora pactada, sino que fue postergándose sucesivamente, mientras que la transmisión internacional del encuentro indicaba, sucintamente, que había “demoras” en el ingreso de los aficionados al estadio. Lo que estaba ocurriendo, en realidad, en las inmediaciones del Stade de France de París, era el desarrollo de uno de los disturbios más disruptivos de los últimos años, y un verdadero fracaso en la planificación del acontecimiento.
¿Qué sucedió en la zona del estadio?
Cerca de una hora y media antes del comienzo del encuentro, pactada para las 21:00 horas (hora local), empezaron a tomar estado público distintos reportes que mostraban a aficionados del Liverpool saltando el vallado perimetral, burlando a la seguridad del Stade de France, y entrando furtivamente al recinto deportivo. Al propagarse las imágenes, se generó una especie de círculo vicioso, en el cual nuevos aficionados, la enorme mayoría de ellos sin las entradas correspondientes, intentaron repetir los desmanes y probar suerte para ingresar al estadio. Los magros intentos de la seguridad para contener la verdadera avalancha humana fueron inútiles, y el personal se vio rápidamente desbordado. Entretanto, la trasmisión deportiva intentaba ganar tiempo, sin dar un contexto general de lo que estaba sucediendo.
Al cabo de unos minutos, fuerzas del orden parisinos se congregaron en el lugar, con vehículos armados deambulando a toda velocidad por las cercanías del Stade de France, dispersando a las masas con gases lacrimógenos, unidades K-9, y escudos antidisturbios. Los grupos de personas, en su mayoría adolescentes y jóvenes, insistieron de formas creativas para rebasar el perímetro a pesar de los intentos de la policía, escalando fachadas de edificios e ingresando en propiedades en búsqueda de salidas alternativas.
El cénit de la locura se vio cerca de las 21:15 horas, cuando la policía decidió una avanzada determinante, inundando virtualmente de gas lacrimógeno las calles circundantes del estadio, atrapando a mares de personas en el medio y generando un caos generalizado. La retirada de la horda de público hacia la zona de la estación del tren generó otro foco de disturbios en dicha zona, al invadir las barreras.
¿Por qué siguieron los desmanes en el Fan Park de los simpatizantes del Liverpool?
Una vez restablecido el orden, muchos aficionados del Liverpool decidieron volver al “Fan Park” preparado por la organización a efectos de poder tener la chance de ver el partido, que en definitiva fue la razón por la cual viajaron a la capital francesa. El Fan Park se ubicó en el Cours de Vincennes, prácticamente en la punta opuesta de París. Sin embargo, en el trayecto desde la estación hasta el Fan Park, grupos de aficionados ingleses fueron emboscados por grupos de jóvenes franceses, que lanzaron botellas y otros objetos hacia los hinchas “Reds”.
Se vivieron momentos dignos de una verdadera batalla campal en la entrada del Fan Park, que motivaron nuevamente la intervención policial, y que se cercara la zona.
El balance luego de la tormenta: un operativo a todas luces fallido
En la búsqueda de responsabilidades, parece claro que fracasó la organización del evento, que obvió el impacto de un evento como lo es la final de la Champions, con afluencia de decenas de miles de personas. Es la segunda ocasión que la UEFA fracasa en ordenar una final post-pandemia, luego de los incidentes de la final de la Eurocopa 2020 en Wembley. Una combinación de personal insuficiente, puestos de control colocados en sitios incorrectos, una actuación policial que fue por momentos insuficiente y por otros de excesiva dureza, fueron los ingredientes clave para una final que será recordada, lamentablemente, por razones que nada tienen que ver con el deporte.