Agentes de la Policía Nacional, Mossos de Escuadra y de la Policía de Rumanía han desarticulado en Girona una organización criminal internacional de origen rumano dedicado, presuntamente, a la trata de mujeres para su explotación sexual.
En la operación policial conjunta, coordinada por EUROPOL, han liberado a 18 mujeres -7 en España y 11 en Rumanía- y 19 personas han detenido a -8 en España y 11 en Rumanía-. El entramado contaba con ramificaciones en Reino Unido, Dinamarca y Alemania, donde prostituía a las mujeres que en algunos casos “marcaban” con tatuajes
Equipo conjunto de investigación
Las investigaciones llevadas a cabo por un equipo conjunto de Policía Nacional y Mossos de Escuadra determinó la presencia de una organización criminal de origen rumano asentada en la provincia de Girona que pretendía monopolizar el negocio de la prostitución callejera en las zonas de l’Alt Empordá y la Selva. Para ello hacían uso de la violencia y la intimidación contra otras mujeres y proxenetas que actuaban en esas zonas con el objetivo de expulsarles o bien percibir de ellos una tasa para poder trabajar.
Las mujeres las captaban miembros de la organización que iniciaban una relación sentimental con ellas para luego, mediante coacciones y agresiones físicas, las trasladaban a España, Reino Unido, Dinamarca y Alemania donde las obligaban a ejercer la prostitución en clubes y en la vía pública. Debían entregar la recaudación diaria a los líderes de la organización, que no dudaban en mostrarse en las redes sociales con gran ostentación y lujo, derrochando los beneficios en fiestas y vehículos de alta gama.
Víctimas tatuadas
Los proxenetas obligaban a las mujeres a trabajar de manera ininterrumpida con condiciones higiénicas deplorables, incluso en aquellos casos en los que quedaban embarazadas, lo que suponía un grave riesgo de infecciones y contagios en plena crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Algunas de éstas mujeres eran marcadas con tatuajes para que otras organizaciones rivales supieran que eran de su propiedad, quedando ligadas a ellos de por vida y asimilando la idea de que la única alternativa para subsistir era el ejercicio de la prostitución.
Cuando la organización criminal advertía que la situación pandémica provocaba un descenso de clientes y beneficios en las zonas que controlaba en Girona, desplazaba a gran parte de sus miembros y de sus víctimas hasta Rumanía y Reino Unido, regresando a España cuando las condiciones mejoraban.
La operación policial ha concluido con la entrada y registro de manera coordinada de dos domicilios en la provincia de Girona y 14 más en Rumanía, en los que han participado más de 180 agentes de ambos países. Entre los efectos encontrados en los registros realizados en el país rumano hay fotografías de carácter pornográfico en las que aparece una de las 18 víctimas liberadas, menor de edad, que también obligaban a prostituirse. Entre las ocho personas detenidas en la provincia catalana se encuentran los dos líderes de la organización, que han ingresado en prisión.