Hace escasas fechas, Begoña, una mujer de 30 años, fue brutalmente agredida en Vitoria cuando regresaba a su domicilio de noche. No existía móvil aparente. Los cuatro agresores no buscaban robar, violar … Sencillamente su condición de mujer motivo la agresión. Las frases emitidas en el momento de la comisión del delito, como que le iban a “destrozar la cara guapa que tienes”, son un indicador más de esta línea.
En manifestaciones a diversos medios, Begoña “está segura” de que los cuatro individuos que la asaltaron cuando volvía a casa eran “menores” y llevaban sudaderas aunque no estaban encapuchados. Sostiene que sus agresores eran de origen magrebí y ha reclamado en una entrevista concedida a una televisión sin alcance nacional, que los inmigrantes que delincan sean expulsados, “o los echamos o va a seguir pasando”.
Todos los indicios apuntan a un delito de odio. Los indicadores de esta actividad delictual, a falta mas datos, perfilan que los delincuentes se movieron por motivo de discriminación hacía la mujer.
Peligroso precedente silenciado en medios de comunicación y otros sectores sociales muy activos situaciones semejantes, aunque no iguales. Y no es la primera vez que ocurre: violación en Reus sin repercusión mediática.