El 5 de enero, Daniel y Raúl, vigilantes de seguridad salvaron la vida a una mujer en el Metro de Barcelona
La mujer sufrió una parada cardiorrespiratoria y los dos hombres, vigilantes de seguridad del transporte público, hicieron uso del aparato desfibrilador DEA y realizaron un masaje cardiorrespiratorio hasta la llegada de los sanitarios del Servicio de Emergencias Médicas (SEM).
Según Betevé, que aporta los nombres, los héroes estaban trabajando cuando vieron a un pasajero sufriendo un ataque al corazón. Con la ayuda de otro usuario y un desfibrilador eléctrico, consiguieron reanimarlo hasta que llegaron los sanitarios del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM).
Un desfibrilador externo es un dispositivo médico electrónico que permite tratar un paro cardiorespiratorio. También tiene como función diagnosticar que ciertamente la persona esté sufriendo un problema con su sistema cardíaco y pulmonar.
El plazo para salvar una vida por parada cardiorrespiratoria es de entre 4 y 5 minutos y cada uno de ellos, supone un 10% menos de posibilidades de supervivencia. Por tanto, el factor tiempo se convierte en un enemigo en estos casos y la importancia del uso de un desfibrilador es primordial para salvar vidas.