COVID19, ESCENARIO DE GUERRA.
EL MUNDO ENTERO LUCHA CONTA UN VIRUS PERVERSO QUE TIENE INTELIGENCIA GEOESTRATÉGICA.
(*) Por Rosa Mª García Durán, para h50 Digital Policial
Nos ha dado una tregua, pero no por mucho tiempo. La COVID19 empieza a dejarse ver en forma de brotes, aquí y allí, casi todos debidos a alguna causa, relajación de las medidas de protección, reuniones familiares o de amigos, temporeros que malviven en instalaciones, o algo así; situaciones muy provechosas para este virus maldito. Sigue jugando con las cartas marcadas, y su intención es ganar otra vez la partida. Se dispersa silente entre quienes se creen inmunes, y algunos deciden saltarse las recomendaciones por innecesarias para la conservación de su salud, aunque no sea así en muchos casos, y sin llegar a comprender que todos dependemos de todos en esta batalla campal. Cómo engaña este bicho. Hace buena a su prima, la gripe, que siempre se anuncia con algún síntoma y pronto tomamos nota.
Escenarios de guerra
Podríamos acudir a metáforas de escenarios de guerra para describir la lucha que estamos librando en el mundo entero. El enemigo, un reyezuelo con corona, que pretende invadir el mundo se ha replegado en aquellas zonas donde ha sido atacado. Ha recibido toda la artillería que teníamos a mano. La munición ha sido cajas de medicinas, sueros, transfusiones, investigación médica, laboratorios abiertos las 24 horas para descifrar el código “enigma” de este virus pernicioso, que no se deja rafiografiar del todo.
Sabemos mucho de ti, COVID19
Los hospitales se han convertido en centros de operaciones, que han compartido información entre ellos para salvar vidas o mejorar el estado de enfermos, cuando el virus era pillado en un renuncio y sus cargas de profundidad dejaban de explotar en los pulmones.
COVID19, ya sabemos mucho más de ti y seguro que dejarás de ser un problema. Nos lo has puesto muy difícil, pero no te ha quedado más remedio que esconderte entre los asintomáticos.
Necesitamos más munición. Esta estratégica. Jóvenes y mayores, todos usemos la que está en nuestro poder, la mascarilla. Si lo conseguimos, COVID 19 tendrás los días contados, antes, incluso, de que la vacuna te haga descarrilar para siempre en tu loca carrera contra la humanidad.
Las “trincheras” de los centros de atención primaria
Los carros de combate, han sido ambulancias, vehículos de bomberos, y policía, que han trasladado, en este caso no heridos, sino enfermos, y que han avisado de que microscópicas tropas nos esperaban en cualquier rincón para hacerse con el botín más universal del ser humano, la salud.
Los centros de atención primaria han sido las trincheras donde guarecerse y cuidar de que no hubiera más bajas e impedir que el arma principal de esta pandemia, el contagio, siguiera descargando carga viral y con ella sufrimiento y números insoportables, muertos.
La COVID19 era innecesaria, solo somos hombres
No ha traído nada bueno este virus mortal. La inteligencia humana ya sabía que estábamos sobrevalorado nuestro papel en la naturaleza y el planeta y que el planeta se estaba volviendo raro. No nos hacías falta, COVID19, para detenernos a pensar que solo somos seres humanos, y que no podemos violar las leyes de la naturaleza. O sí, pero luego hay que explicar causalidades que no se contemplaban. El avance, el progreso son características propias del hombre porque está dotado de una inteligencia que le hace ir más allá del presente. Y gracias a ello vivimos una vida de una, dos, tres o cuatro estrellas. Aunque no es ese el caso en otras partes del mundo, donde el virus ataca más descaradamente. Habrá que desembarcar por esos lares, como en Normandía.
Este virus tiene inteligencia geostrátegica y se ha dado cuenta de que la balanza de la tierra está desequilibrada. Y lo va a aprovechar.
Marte está lejos, hay que cuidar la tierra
Quizá esa democratización envenenada del virus sí puede contribuir a concebir la vida del hombre teniendo en cuenta la de todos los compatriotas del mundo; y, evidentemente de la naturaleza que nos genera bienestar y que seguiría haciéndolo, sin explotarla de forma tan absurda, porque luego sobra. Quizá la explicación resida en que está inventado el cubo de basura. Aunque hay hambre y necesidad cerca de nosotros y más lejos, y la redistribución de riqueza, la ayuda es una obligación si queremos compartir futuro y posibilidades de supervivencia. Marte está aún muy lejos y creo que allí las mascarillas no son suficientes. Toca cuidarse. Cuidarnos todos.
Se da dado cuenta de que somos iguales
El virus se ha dado cuenta de que somos iguales y nuestras diferencias, las que nos adjudicamos entre nosotros son insustanciales para sus ataques, escaramuzas y emboscadas.
Sabemos que nos quieres encontrar enfrascados en una pelea por las vacunas, por los blister del medicamento milagro que cura, que hace recuperar el aliento a quien ya cerraba los ojos. Pero vas a recibir una lección. Para que me entiendas mejor, te vamos a dar con la vacuna en las narices, empezando por el kit de supervivencia que tenemos en casa, la mascarilla, distancia social e higiene de manos. ¿Verdad?
(*) Rosa Mª García Durán es intendente de la Policía Municipal de Madrid y jefa de la Unidad de Participación y Convivencia. Anteriormente fue responsable del Área de Formación del Cuerpo.
Excelente artículo. Enhorabuena por el texto.y por las fotos escogidas para la ocasión
El covid ha podido ganar la primera batalla porque ha usado en nuestra contra la improvisación y la sorpresa muy sabiamente, pero para que gane la guerra todavía queda mucho y ahí podemos vencerle con la preparación que por necesidad hemos adquirido en este intervalo de tiempo.
Aún no está todo dicho y juntos podemos vencerle con unión, con responsabilidad, con sinergia, aprendiendo de los errores pasados y con mucho, mucho esfuerzo.
No podemos bajar la guardia, no podemos relajarnos; pero podemos superarlo, unidos.
Gracias por compartir esta reflexión con tan buenas metáforas de guerra, de estrategia, de trabajo conjunto, todo por el bien común.
Suprema exposición de una realidad que pocos aceptan y reconocen… Madura y concienzuda transcripción de la cruda realidad…. Mil aplausos…. Y un abrazo cordial….