La Audiencia de Valencia le declara autor de un delito de incendio en grado de tentativa y le impone el pago de una indemnización de 1.200 euros por la limpieza del local
El acusado vació una garrafa de gasolina en el suelo del establecimiento y amenazó con encender un mechero.
Según un comunicado del Poder Judicial, la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a una pena de prisión de dos años y medio por un delito de incendio con riesgo para la vida e integridad física de las personas en grado de tentativa a un hombre que amenazó con prenderle fuego a un bar en el que le negaron una consumición.
La sentencia, dictada después de que acusación y defensa alcanzaran un acuerdo de conformidad y el condenado reconociera los hechos, le prohíbe acercarse a menos de 200 metros de la propietaria del bar, con la que discutió con anterioridad al suceso.
Además, deberá indemnizarla con 1.200 euros, importe en el que se han valorado los trabajos de limpieza del local, las pérdidas económicas por mantenerlo cerrado durante una noche y los daños morales que sufrió a consecuencia de los hechos.
Según recoge la resolución judicial, el penado se encontraba el 25 de julio de 2020 sobre las siete y media de la tarde en el establecimiento, un bar situado en los bajos de un edificio residencial de Paiporta, cuando la dueña del mismo le dijo que ya no le servía más consumiciones.
El Tribunal relata que, ante esta negativa y “con la intención de amedrentar” a la víctima, el hombre respondió de forma insistente que iba a comprar gasolina y quemar el bar, que abandonó poco después.
Quince minutos después, regresó con una garrafa llena de gasolina que vertió en el suelo y en la barra del local, “sin importarle la vida e integridad física de la dueña del bar, las personas que consumían en el interior del local, y los moradores del edificio”, precisan los magistrados en el relato de hechos probados de la resolución.
El vertido del combustible provocó que los clientes huyeran tanto del interior como de la terraza del bar. A continuación, el condenado sacó un mechero y, cuando se disponía a encenderlo, un hombre se abalanzó sobre él, se lo arrebató e impidió que provocara el incendio.